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UNA NUEVA EUROPA

Bonn acelera la unión monetaria con la RDA

La República Federal de Alemania (RFA) espera llegar a un acuerdo sobre la unión monetaria con la República Democrática Alemana (RDA) antes de finales del próximo mes de abril, según pusieron de manifiesto ayer fuentes del Gobierno de Bonn, si bien no dieron detalles sobre los términos del compromiso. Por otro lado, el Gobierno del canciller federal, el democristiano Helmut Kohl, con la mirada puesta ahora en las elecciones generales en la RFA del 2 de diciembre, decidió ayer cerrar la puerta a los alemanes orientales.

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El 1 de julio cesarán las ayudas para los ciudadanos de la que quieran instalarse en la RFA y se cerrarán los campos de acogida. Pese a que el domingo triunfó en la RDA la opción partidaria de una rápida unión política de las dos Alemanias parece descartado que ésta se produzca en el presente año, y se da por seguro que las elecciones del 2 de diciembre se celebrarán únicamente en la RFA.La cifra de refugiados, sin embargo, descendió considerablemente el lunes. En las 24 horas siguientes a conocerse los resultados de las elecciones llegaron a la RFA 1.593 alemanes orientales, comparados con los 2.715 que lo hicieron el lunes de la semana anterior.

Consumada la victoria arrolladora de los partidarios de Kohl al otro lado del Elba, los conservadores de Bonn se han apresurado a defenderse de los ataques del recién nombrado candidato socialdemócrata a la cancillería, Oskar Lafontaine, cuya primera intervención como pretendiente al trono sirvió para desvelar cuál va a ser el tema de su campaña: ¿Quién paga la factura de la unificación? Kohl, la misma noche del lunes, calificó a Lafontaine como "el mejor ejemplo de político oportunista de Alemania".

Ayer por la mañana, antes de salir hacia Constanza para recibir a Felipe González, el canciller presidió un Consejo de Ministros en el que aceptó finalmente la propuesta que la semana pasada discutió el Bundesrat (Cámara territorial) de cortar las ayudas a los refugiados, consistentes en una cantidad inicial y un seguro de desempleo de algo más de 1.000 marcos al mes (unas 70.000 pesetas). A partir del 1 de julio, los alemanes orientales que se pasen a la RFA tendrán que buscarse casa y trabajo como los alemanes occidentales y sólo recibirán ayudas sociales en caso de extrema pobreza.

El ministro del Interior, Wolfgang Schauble, en una conferencia de prensa posterior a la reunión del Gabinete, si bien no especificó la fecha de la unión monetaria y social, "para evitar que la especulación gane terreno", sí que adelantó que se producirá "antes de que lleguen las vacaciones de verano". Schauble indicó que el ministro de la Cancillería, Rudolf Seiters, había sido dotado de mayores prerrogativas para ocuparse del tema de la unión alemana, y que tanto Seiters como el futuro ministro presidente de la RDA, Lothar de Maiziere, estaban de acuerdo en la fecha de la unión monetaria y en la decisión tomada con respecto a los refugiados. Esta medida no se aplica a los alemanes procedentes de los otros países del Este de Europa.

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El flujo de refugiados, que desde que empezó el año se cifraba en más de 2.000 por día, se había convertido en una pesada carga para los gobiernos de los Länder, encargados de recibirlos y buscarles acomodo y trabajo. En los últimos tiempos, la situación de los campos de refugiados había empezado a hacerse insostenible, con brotes de violencia, discriminación y condiciones de vida muy degradadas.

Tres frentes

En los próximos meses, el canciller Kohl va a batirse en tres frentes. Primero va a tener que cumplir las promesas hechas a quienes de hecho le han votado en la RDA a la espera de que el canciller les abra sin demoras las puertas del paraíso capitalista. En segundo lugar debe lidiar en los foros internacionales, en la conferencia 2 más 4 y en la reunión de la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa para desbrozar el camino hacia la unidad alemana y la recuperación de la soberanía perdida tras la II Guerra Mundial.

Y por último -lo más importante para un político como Kohl- está la ya larguísima campaña electoral que lleva a los comicios del 2 de diciembre. Esta campaña, salpicada de elecciones parciales, no va a jugarse con propuestas tan simples y maniqueas como la que los conservadores han conseguido ganar abrumadora y sopresivamente en la RDA.

El domingo que viene se celebran las elecciones en Schleswig-Holstein, y el actual ministro presidente, Ernst Albrecht, de la Unión Cristiano Democrática (CDU), ya ha visto cómo, para impedir un fracaso cantado, su candidatura ha sido sustituida por la de la actual presidenta del Bundestag (Parlamento), la popular Rita Sussmuth.

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