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El CDS asume la función de partido bisagra y se declara dispuesto a pactar con el PSOE

El Centro Democrático y Social (CDS) ha optado por asumir el papel de partido bisagra en que lo han situado reiteradamente los resultados electorales, y en su próximo congreso, previsto para los días 10 y 11 de febrero, incluirá en su estrategia la consecución de pactos, preferentemente con los socialistas. Adolfo Suárez bloqueó ayer la pretensión del sector crítico del CDS de personalizar en José Ramón Caso las deficiencias organizativas del partido y proclamó que el máximo responsable de los éxitos y los errores es él. El líder centrista dio a entender que apoyará a Caso como secretario general.

El presidente nacional del CDS manifestó en una conferencia de prensa que el CDS no debe renunciar a convertirse en un partido mayoritario, pero subrayó que su espacio político dista mucho todavía de incluir a la mayoría de los españoles. "En la medida que asumamos esto, debemos estar abiertos también a colaborar en la gobernabilidad de las instituciones que lo requieran, con aquellas fuerzas que asuman los planteamientos liberales y progresistas. A corto plazo no contemplamos formar coaliciones", precisó.Suárez aseguró que sólo ha mantenido una conversación personal con Felipe González desde las elecciones legislativas y sostuvo que el diálogo estuvo centrado en la situación de los países del Este. El máximo dirigente del CDS aprovechó para anunciar que a finales de abril o comienzos de mayo se entrevistará en Moscú con Mijail Gorbachov como presidente de la Internacional Liberal y Progresista (IL).

El comité nacional del CDS, reunido el pasado viernes, aprobó todas las ponencias que serán sometidas a debate en el congreso nacional del partido, a excepción de la dedicada a estrategia política. No obstante, la referida a la organización ¡nterna ya adelanta algunos de los criterios que el CDS ha escogido para definir su comportamiento político en esta legislatura. Tras sostener que el CDS sigue siendo "el único vértice lógico", los autores del documento proponen "contribuir a crear condiciones de gobernabilidad allí donde otras fuerzas aritméticamente mayores no puedan asegurarlas".

En un perceptible propósito de adelantarse a las previsibles peticiones de los críticos para que José Ramón Caso abandone la secretaría general, Suárez no sólo afirmó que confía en Caso, sino que además declaró que como presidente del partido asume la máxima responsabilidad de todos los errores organizativos. Según se desprende de sus propios comentarios, el líder centrista propondrá al comité nacional la reelección del actual secretario general.

Ante las peticiones de mayor democracia interna y descentralización en la toma de decisiones, la dirección del CDS ha propuesto la creación de un nuevo órgano, el consejo federal, que agrupe al comité nacional y los presidentes de las 17 federaciones del partido.

Según el todavía secretario general del partido, el 86% de los compromisarios que acudirán al congreso nacional han sido elegidos a propuesta de las ejecutivas provinciales y el resto en candidaturas críticas o ajenas al aparato. Suárez se mostró ayer de nuevo muy cauto al enjuiciar las actividades de Juan Guerra, si bien no descartó que pida la dimisión del vicepresidente del Gobierno si al CDS le parecen insatisfactorias las explicaciones que dé al respecto en el pleno del Congreso, el jueves.

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El presidente centrista defendió que ese debate parlamentario debe servir para esclarecer posibles responsabilidades políticas, en concreto por el uso de un despacho oficial en la Delegación del Gobierno en Sevilla por parte de un ciudadano particular, Juan Guerra. Suárez comentó que Alfonso Guerra debía haber comparecido en el Parlamento en cuanto trascendieron las actividades de su hermano.

Consciente de la sorpresa que en medios parlamentarios ha producido la cautela con que ha actuado el CDS en un escándalo descubierto en parte por un concejal de este partido en Barbate (Cádiz), Suárez dijo: "El CDS se ha manifestado en este asunto con una enorme serenidad y objetividad. Queremos emitir un juicio fundado y falta por conocer la explicación del vicepresidente".

Por otra parte, el comité de conflictos del CDS de Baleares acordó suspender de militancia a Josep Melià, ex secretario de Estado para la Información y ex delegado del Gobierno en Cataluña durante el mandato de Suárez, por su "continuas críticas a la dirección del partido", según dijeron fuentes centristas. El CDS balear remitirá el expediente sancionador a la dirección nacional del partido, órgano que puede dictaminar la expulsión definitiva de Melià, informa Patricio Candia.

Melià tenía la intención de encabezar una lista para oponerse a los oficialistas del CDS balear en el próximo congreso. En declaraciones formuladas ayer a EL PAÍS Melià dijo que con este tipo de actuaciones "el CDS de Baleares se está suicidando". Melià admitió ayer que se sentía "apenado" por su inminente expulsión.

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