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GENTE

Kiyoaki Tanaka y Shigeyuki Hashimoto

El regreso a Japón tras 45 años en la jungla

Dos japoneses que durante 45 años lucharon junto a la guerrilla del Partido Comunista Malayo (PCM) en las junglas de Tailandia y Malasia regresaron el sábado a la patria. Kiyoaki Tanaka, de 77 años, y Shigeyuki Hashimoto, de 71, recibieron una calurosa bienvenida antes de ser trasladados a un centro médico para ser sometidos a un examen médico exhaustivo.

Tanaka, que llegó acompañado de su hija Seiko, de 51 años, al aeropuerto de Tokio, afirmó que no pudo olvidar Japón "ni un solo día". La esposa de Tanaka, de 72 años, que no vio a su marido legal en casi medio siglo, no pudo darle la bienvenida por encontrarse enferma, aunque siguió su llegada por televisión.

Hashimoto manifestó su alegría por encontrarse de nuevo en Japón y señaló que ambos habían luchado por la libertad e independencia del pueblo malayo. Tanaka y Hasimoto salieron de Japón en 1944 y trabajaban en una fundición del norte de Malasia en el momento de la rendición japonesa, al final de la II Guerra Mundial.

En 1945 se inscribieron en el PCM y lucharon primero contra el dominio colonial británico y posteriormente contra las tropas gubernamentales malayas y tailandesas. Las guerrillas maoístas dependientes del PCM depusieron las armas el pasado mes de diciembre, lo que hizo posible el retorno de ambos guerrilleros a su país de origen después de 45 años.

Este suceso es el último en una serie de retornos de soldados de la Armada imperial japonesa que, tras finalizar la II Guerra Mundial, siguieron escondidos en las junglas del sureste asiático durante años, ignorando la conclusión del conflicto bélico. El Ministerio de Bienestar Social investiga todavía el paradero de 48 soldados que podrían vivir en alguna de esas regiones impenetrables.

A pesar de todo, muchos japoneses, según explica hoy el rotativo Mainichi, no se sienten a gusto con estos regresos porque hacen revivir la dedicación ciega y lealtad absoluta al emperador y a la nación predominantes hasta el final de la II Guerra Mundial. Hasta la capitulación japonesa, los soldados recibían instrucciones para suicidarse antes de sufrir la humillación de entregar las armas.

En su primera entrevista televisada tras llegar a Japón, Hashimoto y Tanaka afirmaron que sintieron la obligación de quedarse en Malasia y ayudar a la guerrilla porque creyeron, corno afirmaba la doctrina expansionista japonesa de la época, que la Armada imperial tenía por objeto salvar a Asia de la dominación europea.

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