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El BBV tiende a la paralización mientras permanece bloqueda la salida a la crisis institucional

Los encuentros entre los responsables del ex Banco de Bilbao y los del ex Banco de Vizcaya continuaron ayer sin que se alcanzara ningún acuerdo que hiciera posible desbloquear la situación creada tras la muerte de Pedro Toledo. Apenas se ha avanzado sobre las posiciones iniciales de las dos partes que reclaman, unos la tranformación de la presidencia compartida en una presidencia única y los otros el mantenimiento del actual régimen de poder equilibrado. Mientras tanto, el Banco Bilbao Vizcaya tiende a paralizarse a marchas forzadas tras el paréntesis abierto.

A lo largo de todo el día de ayer, y con la mirada puesta en mañana jueves, cuando debe celebrarse el consejo de administración ordinario del mes de diciembre, se sucedieron las reuniones bilaterales en la capital vizcaína de los grupos de consejeros procedentes del Bilbao y del Vizcaya en busca de un acuerdo que pudiera desbloquear la situación. José Ángel Sánchez Asiaín, por su parte, se trasladó a Madrid presumiblemente para explicar a la autoridad monetaria la situación de bloqueo en las negociaciones.La comisión nombrada para tratar de buscar una salida a la situación de bloqueo que se sufre está formada por tres consejeros procedentes del antiguo Banco de Bilbao (Eduardo de Aguirre, Faustino García Moncó y José Domingo de Ampuero) y otros tres procedentes del antiguo Banco de Vizcaya (Federico Lipperheide, Carlos Delclaux y Javier Pérez Urquijo. No se alcanzó ningún acuerdo y las espadas siguen en alto porque ninguna de las partes ha cedido un ápice en sús posiciones iniciales. Durante el día de hoy continuarán las reuniones.

En un primer momento existió la posibilidad de plantear una presidencia y dos vicepresidencias ejecutivas, pero ante la exigencia de los consejeros del antiguo Vizcaya de que se nombre de inmediato un copresidente de su grupo se planteó la posibilidad de aceptar las dos vicepresidencias, aunque por un período de seis meses o un año.

Presidencia única

Al concluir estos períodos se nombraría un único presidente con el objetivo de acelerar el proceso de fusión. Fuentes del Vizcaya señalaron que ellos no pueden retroceder un ápice porque eso sería una prueba de debilidad ante los últimos acontecimientos. Fuentes del Bilbao insisten en que en aras de la eficacia no se puede perder más tiempo y había que afrontar una presidencia única lo más pronto posible. No se trata de personas sino de criterios para el futuro del banco lo que se está discutiendo y esto parece que tiene poco arreglo, al menos por ahora. Se trata de seguir como hasta el momento, con un régimen de presidencia compartida que exige que cualquier decisión que se plantee deba ser consensuada de antemano, o de pasar a un sistema en principio más ágil, de presidencia única.Lo cierto, y se admite por todas las partes, es que el banco se ha quedado paralizado desde que se produjo la crisis. Que esto ocurra durante un cierto espacio de tiempo no tiene demasiada importancia, se afirma, pero que se prolongue puede empezar a ser peligroso. En medios del sector financiero se señala que "es difícil de justificar lo que está pasando si lo que se pretende es defender a los accionistas del banco, a los depositantes y a la gran mayoría de los empleados de la entidad", ya que todos ellos salen perjudicados sin duda del enfrentamiento que ha surgido entre los miembros de los antiguos consejos de administración de los dos bancos que dieron lugar a la fusión y entre los niveles de altos empleados de las casas que "parecen esforzarse más en defender sus cargos y puestos que en buscar una solución que garantice plenamente el futuro del banco y la posición de liderazgo que ocupa en el sistema financiero".

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