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HACIA UNA NUEVA EUROPA

Los ciudadanos de Leipzig quieren una Alemania unida, pero difieren sobre su forma

El periódico de las juventudes comunistas de la República Democrática Alemana (RDA), Juage Welt, publicaba ayer una encuesta sobre la reunificación alemana, realizada en la ciudad de Leipzig durante la manifestación del pasado lunes, de la que se desprendía que, tres de cada cuatro manifestantes deseaban la unidad alemana, aunque discreparan sobre la forma que ésta debía tomar.

El giro tomado por las manifestaciones de los lunes en esta ciudad, donde las pancartas y consignas por la reunificación son cada vez más numerosas, preocupa grandemente tanto al Gobierno como a los partidos opositores de la RDA.Según la encuesta de Junge WeIt, que recoge las opiniones de 1.200 manifestantes, entre los partidarios de la reunificación el 68% prefiere un sistema confederado entre la RDA y la RFA, mientras que un 25% optaba por un solo Estado bajo un sistema capitalista. El mencionado diario explicaba, sin embargo, que los resultados de esta encuesta difícilmente podrían extrapolarse a toda Alemania oriental, ya que en Leipzig, bautizada ya como la cuna de la revolución, debido a las pésimas ofertas de vivienda y la falta crónica de bienes de consumo, sus ciudadanos tienden a identificarse más con la RFA que con la RDA. El actual primer ministro, Hans Modrow, fue precisamente enviado a Leipzig castigado cuando se enfrentó con la vieja guardia, que en la actualidad espera ser juzgada por corrupción y abuso de poder.

La purga del viejo aparato se cobró ayer dos nuevas víctimas. Por un lado, el grupo opositor Nuevo Foro decidió presentar una demanda contra el dimitido jefe del Estado, Egon Krenz, al que acusa de haber colaborado en la destrucción de documentos y material procedente de la odiada policía política (Stasi) con el que se podían haber probado numerosos casos de corrupción.

Por otro lado, el antiguo jefe del partido comunista (SED) en la región de Neubrandenburg, Johannes Chennitzer, que incluso logró ser nombrado miembro del buró político en la última reestructuración antes de que éste desapareciera, fue ayer expulsado del partido.

El SED, que prepara la segunda parte de su congreso extraordinario que comenzará el próximo sábado, y en el que probablemente optará por la camaleónica decisión de cambiar de nombre, desveló ayer el contenido de algunos puntos del programa que va a presentar para ser discutido por los delegados en una sesión que, según anunció el nuevo primer secretario, el ahogado Gregor Gysi, "durará toda la noche".

Aparte de insistir en las críticas a la vieja guardia estalinista, a la que se acusa de todos los males posibles, el documento marca el acento en los temas económicos, base para que cualquier reforma tenga posibilidades de subsistir. Una de las propuestas se refiere a "un mayor grado y una mayor extensión para las empresas privadas y cooperativas, así como para empresas mixtas del tipo joint ventures". Los precios y las estructuras de ingresos "deben cambiarse para aproximarse a las de Occidente, lo que significa una reducción de los subsidios", dice la propuesta.

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Precisamente hoy se reúnen en Berlín Oriental los ministros de Economía de las dos Alemanias, Christa Luft, de la RDA, y Helmut Haussman, de la RFA, y en el orden del día parecen estar ya todos estos puntos. De la reunión -que se supone preparatoria para la cumbre entre Helmut Kohl y Modrow- se espera que salgan ya acuerdos concretos en temas como comunicaciones y transportes, así como el establecimiento del sistema de cambios propuesto por Bonn para que los ciudadanos de la RDA puedan viajar a Occidente.

Ayer, sin embargo, el ministro de Medio Ambiente de la RFA, Klaus Toepfer, que también viaja hoy a Berlín Oriental para entrevistarse con su colega de la RDA, desveló en Bonn el montante de la ayuda económica para los temas medioambientales, que han padecido un olvido crónico convirtiendo a Alemania oriental en uno de los países más degradados ecológicamente del mundo. La RFA destinará 1.000 millones de marcos (65.000 millones de pesetas) a 17 proyectos a realizar en la RDA. Bonn se compromete también a costear la mitad de lo que valdrá la limpieza del río Elba, que separa las dos Alemanias.

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