Divergencias entre los militares chilenos en vísperas electorales
Declaraciones periodísticas de los comandantes en jefe de la Fuerza Aérea, general Fernando Matthei, y de la Armada, almirante Toribio Merino, ponen de manifiesto la existencia de discrepancias entre estos dos militares, que forman parte de la Junta de Gobierno de Chile. Matthei y Merino discrepan al enjuiciar el papel de la aviación en el golpe del 11 de septiembre de 1973, cuando los militares derribaron el Gobierno constitucional de Salvador Allende.
La inminencia de las elecciones generales del día 14, parece haber soltado la lengua a los altos mandos militares. Se acumulan estos días en Chile las declaraciones de los más altos oficiales. Hasta el mismo presidente, general Augusto Pinochet, ha saltado a la palestra en un libro de entrevistas, titulado Ego sum Pinochet, que refleja aspectos interesantes del hombre que gobierna desde el golpe que acabó con la democracia.Esta salida ante la opinión pública de los altos jefes militares ha provocado contradicciones y réplicas que muestran la existencia de puntos de vista diferentes. La discrepancia más llamativa la protagonizaron Matthel y Merino.
En la noche del martes, Matthel fue el invitado de un programa de entrevistas en televisión. El jefe de la Fuerza Aérea estuvo categórico cuando enjuició el papel de su arma en el golpe de 1973. Aquel 11 de septiembre la aviación bombardeó el palacio presidencial de La Moneda en Santiago. Matthei se encontraba en el Reino Unido por aquellas fechas. A la pregunta de la periodista Raquel Correa sobre si él, Matthei, habría autorizado el bombardeo si hubiese estado al mando de la Fuerza Aérea ese día, la respuesta de Matthei fue categórica: "Ésa es una pregunta que me he hecho muchas veces, y mi respuesta es, francamente, no. Francamente, no, y por ningún motivo. Creo que no se utilizan los avienes para eso. Los aviones son para proteger la patria de ataques; enemigos". A la pregunta de si, fue un acto innecesario, respondió Matthei: "Fue mucho peor. Yo creo que fue no solamente innecesario, sino contraproducente, y dañó mucho, yo lo vi afuera, la imagen del país. Dañó también a la Fuerza Aérea".
Los 'martes de Merino'
Tan sólo 12 horas más tarde, estas palabras de Matthei tuvieron la réplica de su companero en la Junta de Gobierno, el jefe de la Armada, Merino. El almirante habla los martes, al concluir las reuniones de la Junta de Gobierno, y acostumbra a no dejar títere con cabeza. El estilo deslenguado del almirante ha convertido estas declaraciones en una institución en Chile, donde se las llama los martes de Merino. Con la elección de un nuevo Congreso, la Junta desaparecerá y se perderán los martes de Merino, que ya casi habían pasado a incorporarse al folclor nacional. Las declaraciones de Matthel obligaron a Merino a volver a la carga el miércoles, que no es su día habitual.Merino declaró sobre el bombardee de La Moneda que "los aviones, cuando se necesitan, tienen que usarse para lo que son, porque son aviones de guerra. Si se necesitan para destruir un bastión del enemigo, hay que usarios".
A la pregunta de si su uso fue contraproducente, como había declarado Matthei, respondió Merino: "No, yo no lo creo. Había que estar aquí. La gente que no estaba el 11 de septiembre de 1973 no vivió la situación y no puede haber tenido el sentimiento del que está combatiendo, del que sabe que tiene que lograr un objetivo determinado con los medios que se tienen. Otro medio que podíamos haber usado son los cañones, artillería, tanques, etcétera. Habría sido peor la destrucción y se habría muerto más gente".
Otro punto de discrepancia se planteó entre Matthei y el ministro de Defensa, vicealmirante Patricio Carvajal, sobre el carácter deliberante o no de las fuerzas armadas.
Ante la tesis de Carvajal de que las fuerzas armadas son deliberantes, Matthel declaró: "No puedo estar más en desacuerdo con esas expres lones. Las fuerzas armadas, como fuerzas armadas, son absolutamente no deliberantes, responden el poder civil".
A esta declaración de Matthel replicó inmediatamente el ministro de Defensa, que reafirmó que las fuerzas armadas "son deliberantes", porque el personal militar "no puede ser un autómata que cumpla órdenes sin pensar". Según Carvajal, "deliberar es pensar", y "decir que las fuerzas armadas no son deliberantes es decir que no son pensantes".
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