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"Muchos socialistas no aceptan el liderazgo de Rocard"

El barcelonés Manuel Valls es el miembro más joven de la Moncloa francesa

Niño prodigio, con una brillante carrera política a sus 27 años, Manuel Valls es el miembro más joven del Gabinete del primer ministro francés, Michel Rocard, a quien sigue desde hace 10 años. Entró en política para apoyar la primera candidatura a la presidencia de Rocard en los tiempos en que François Mitterrand flaqueaba en los sondeos y Valéry Giscard d'Estaing desayunaba con los diamantes del emperador Bokassa.

Como encargado en Matignon (La Moncloa francesa) de las relaciones con la Asamblea Nacional desde julio de 1988, asiste a las dos reuniones semanales del Grupo Parlamentario Socialista, que causa no pocos dolores de cabeza al primer ministro. "Hay una oposición de tipo intelectual. Muchos socialistas, aunque no creo que sea la mayoría, no han aceptado que Rocard sea primer ministro y el candidato mejor preparado para la carrera del Elíseo", explica."A los diputados socialistas nunca se les ha explicado el giro económico de 1983 y creen aún que cualquier día pueden hacer las leyes de 1981 [nacionalizaciones, política económica expansiva]. Pero esa política", asegura, "nos llevó al desastre en las municipales de 198Y.

Nacido en el barrio de Horta de Barcelona, donde sus padres -el pintor Xavier Valls, "exiliado artísticamente" en París y casado con una suiza-italiana- pasaban las vacaciones, habla a veces "corno catalán", pero rectifica en seguida: "Bueno, hijo de catalán". Manuel Valls se nacionalizó francés "porque sabía que iba a vivir siempre aquí", y utiliza esa expresión tan catalana de "nuestro país" para referirse, claro, a Francia.

Sobre las aireadas discrepancias entre Mitterrand y Rocard, Valls reconoce que "los dos hombres no son de la misma cultura" y que recientemente hubo tensiones entre los dos gabinetes "porque uno, el de Matignon, trabaja en lo concreto, y el otro, el del Elíseo, en cuestiones más globales", pero resta importancia al conflicto. "Todo es muy especulativo, porque estamos lejos de las elecciones. Sin embargo, lo que está pasando en Europa da un contenido a la labor del presidente y al trabajo en la política interior del primer ministro, en un sistema que es único, al haber un presidente y un primer ministro con tantos poderes a la vez".

"Poder en todo"

"Aquí", dice refiriéndose a la residencia del primer ministro, "está, por primera vez, el poder en todo, excepto en la política internacional. Esto ha cambiado por la actitud del presidente", admite. "Si se lee la Constitución de 1958, volvemos a su espíritu: el Gobierno gobierna y el presidente arbitra".Manuel Valis fue responsable de las Juventudes Socialistas (JJ SS) en La Sorbona, donde estudió Historia, y en 1981 se convirtió en secretario nacional. "Les di un giro hacia el Sur". Este joven políglota -habla francés, español, catalán, inglés e italiano- estuvo después tres años en la dirección del sindicato estudiantil UNEF, que agrupaba a la izquierda no comunista. Como miembro de la Federación Socialista de París concurrió a las elecciones regionales de 1986, en las que fue elegido consejero de ¡le de France a los 23 años. Desde marzo pasado, además, es teniente de alcalde de Argenteuil, localidad de 100.000 habitantes de la periferia de París. Pese a su experiencia, está en contra de la costumbre francesa de acumulación de cargos y defiende "un sistema a la española".

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Desde el mes pasado es el responsable en Matignon de juventud y deportes, "dos temas no muy seguidos, que cada vez cuentan más, y donde Rocard no tiene imagen". Pendiente siempre de los resultados del Barça -"pero no soy antimadrileño", dice-, se ocupará, entre otras cosas, del seguimiento de los Juegos Olímpicos de 1992 en Albertville.

Manuel Valis se declara "extrañado de la dureza interna y del centralismo del PSOU, aunque le parece excesiva la batalla pública entre tendencias en el PS francés con vistas al próximo congreso de Rennes, en el que existe el riesgo de que estalle la corriente miterrandiana por el enfrentamiento entre Lionel Jospin y Laurent Fabius.

"Será el congreso de la rivalidad entre los dos porque, aunque al final se unan, la rivalidad continuará. Las diferencias reales son pocas; se trata en realidad de una lucha por el poder en el PS", afirma el joven rocardiano. "Para Rocard", vaticina, "no será un congreso difícil".

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