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HACÍA UNA NUEVA EUROPA

Bonn condiciona la ayuda económica a la RDA a la celebración de elecciones

El desplome total de la moneda de la República Democrática Alemana centró las conversaciones de ayer entre el ministro de la Cancillería de la República Federal de Alemania, Rudolf Seiters, y el jefe del Estado, de la República Democrática Alemana, Egon Krenz. Al finalizar la reunión, a la que asistieron también el primer ministro, Hans Mdrow; el titular de Exteriores, 0skww Fisher, y el experto económico Alexander Sechalck-Golodkowski, Seiters conodicionó la ayuda de la RFA a la celebración de elecciones y al cambio del artículo primero de la Constitución de la RDA, que consagra el papel dirigente del partido comunista.

El deterioro del marco de la RDA, cuya cotización oficial está en paridad con el de la RFA, pero que en el mercado llegó a cotizarse ayer a 45, centró las conversaciones entre la cúpula de la RDA y el enviado de Born para preparar la próxima cumbre entre Krenz y el canciller federal, Helmut Kohl, que tendrá lugar en la segunda quincena de diciembre, después del congreso extraordinario del SED (comunista), si Krenz aún sigue en su puesto.Seiters, después de las conversaciones, que duraron tres heras, contestó a las preguntas de la Prensa junto con Krenz y Modrow, y repitió la conocida postura de Bonn de no iniciar un plan de ayuda hasta que el proceso de reformas se plasme en resultados concretos.

Seiters no insistió en la condición repetida varias veces por Kohl de que la RDA abandone la economía planificada e instaure el libre mercado para conceder cualquier tipo de ayuda, pero la opinión pública en la RFA parece decidida a otorgar esta ayuda sin condiciones y lo antes posible. Entre el diluvio de encuestas hechas públicas ayer en Bonn, la más significativa es la ofrecida por la cadena de televisión ZDF, que indica que un 81% de los alemanes occidentales está a favor de conceder inmediatamente ayuda económica a la RDA sin condiciones.

"Alemania, una sola patria"

La visita de casi ocho millones de alemanes orientales a la RFA desde que se abrieran las fronteras el pasado día 9 parece haber cambiado la percepción que éstos tenían sobre sus vecinos y aumentado el deseo de una reunificación alemana. Según otra encuesta hecha pública ayer, el 67% de las cerca de 1.500 personas entrevistadas en la RDA está a favor de la reunificación. En una encuesta similar realizada antes de la apertura de las fronteras, la cifra era sólo el 59%.

En la tradicional manifestación de los lunes en Leipzig, a la que asistieron más de 100.000 personas, aparecieron ayer por primera vez varias pancartas en las que se pedía explícitamente la reunificación. "Alernania, una sola patria" decía una, y "Dejad que el pueblo decida sobre la reuníficación", proclamaba otra. Otras manifestaciones pidiendo elecciones libres, el fin del monopolio del SED y acciones legales contra los jerarcas tuvieron lugar en Halle, Dresde y Cottbus.

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En su desesperado intento por borrar la penosa imagen que sus años de íntimo colaboradordel defenestrado Erich Honecker ha dejado en la mente de sus compatriotas, Egon Kreriz -que canceló ayer su previsto viaje a Checoslovaquia- recurrió a abrir las puertas de su nueva casa en Potsdam a las cámaras de televisión y mostrar la intimidad del modesto hogar al que se ha mudado, abandonando su mansión en el barrio donde los jerifaltes del partido tienen sus mansiones en Berlín Este.

En una entrevista de casi media hora emitida por la televisión de la RDA el domingo por la noche, Krenz presentó a sus dos hijos, su nuera y uno de sus nietos, y aprovechó para desmentir los rumores de que se encuentra enfermo o de que tenga una excesiva afición por la bebida, así como que hubiera viajado recientemente a EE UU para someterse a un carísimo tratamiento. "Si tengo la voz ronca no es por beber, sino porque últimamente estoy hablando demasiado", añadió. Al margen de los aspectos personales, Krenz se dedicó a desmarcarse de su pasado, dando a entender que sus discrepancias con el defenestrado Honecker venían ya de lejos al explicar que éste le había enviado de vacaciones forzadas durante el pasado verano cuando le sugirió la necesidad urgente de iniciar reformas en el país. "Fueron las peores vacaciones de mi vida", dijo.

Krenz también criticó abiertamente el estalinismo, que, dijo, se había mantenido en el SED durante 40 años, y se curó en salud al indicar que estaba dispuesto a renunciar a su puesto si el próximo congreso del partido decidía prescindir de sus servicios.

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