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EL DIÁLOGO CENTROAMERICANO

Nicaragua buscó un acuerdo secreto con Washington antes de romper el alto el fuego

Antonio Caño

ANTONIO CAÑO ENVIADO ESPECIAL, El Gobierno de Nicaragua informó previamente a Estados Unidos de su decisión de suspender el alto el fuego y buscó en secreto un compromiso con la Administración de George Bush para suavizar su reacción, según dijeron fuentes sandinistas que pidieron el anonimato. Después del anuncio del presidente Daniel Ortega en Costa Rica y antes de comunicar su decisión definitiva sobre el cese del fuego con la contra, las autoridades sandinistas estuvieron en contacto permanente con el Gobierno norteamericano con objeto de alcanzar una solución que no perjudicase gravemente a ninguna de las partes.

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Fruto de esos contactos, según relataron a EL PAÍS las fuentes citadas, fue la convocatoria de la reunión que se inició ayer en Nueva York en busca de la desmovilización de la contra, y también la presión ejercida por Estados Unidos sobre el Gobierno de Honduras y sobre la Resistencia Nicaragüense. (RN) para que acediesn a acudir a ese encuentro. El principal interlocutor en esos contactos por parte del Gobierno norteamericano, según otras fuentes no oficiales, fue el encargado de negocios de Estados Unidos en Managua, Jack Leonard. Éste es el máximo nivel de la representación diplomática norteamericana en Managua desde la salida de su embajador. Como resultado de sus contactos, el presidente Ortega pudo confirmar su decisión de suspender el alto el fuego al mismo tiempo que Estados Unidos respaldaba la reunión de Nueva York. Las negociaciones iniciadas ayer satisfacen, por otra parte, las exigencias del presidente George Bush, que anteriormente había llamado al diálogo entre el Gobierno sandinista y la contra.

Observadores nicaragüenses y extranjeros creen ver la mano de Washington en la decisión final de la RN y del Gobierno de Honduras de acudir a la cita en la sede de las Naciones Unidas. De hecho, después de conocerse la invitación por parte de Managua, la contra hizo público en Tegucigalpa un comunicado en el que rechazaba la asistencia por falta de tiempo para preparar la reunión.

También el Gobierno hondureño accedió en el último momento a participar en las conversaciones de Nueva York en calidad de observador después de haberse negado oficialmente a asistir, por considerar que el tema a tratar era un asunto bilateral entre los dirigentes sandinistas y la contra.

Por su parte, Estados Unidos no sólo hizo público su respaldo a las negociaciones de Nueva York, sino que el presidente George Bush anunció en su conferencia de prensa del pasado martes que, pese a la suspensión del alto el fuego en Nicaragua, no solicitaría al Congreso ayuda militar para la RN.

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Desde la cumbre de San José, y a pesar de los insultos recibidos allí por parte de Bush, Daniel Ortega ha sido moderado en sus opiniones sobre Estados Unidos, al igual que otros dirigentes sandinistas, que confian en unas relaciones más amistosas entre los dos países después de las elecciones presidenciales del próximo 25 de febrero.

Este clima de acercamiento se ha logrado sin perjuicio del apoyo explícito de la Administración norteamericana a la candidata presidencial de la Unión Nacional Opositora (UNO), Violeta Chamorro, que precisamente fue recibida el miércoles en la Casa Blanca.

Ese mismo día, el presidente Ortega abrió de hecho la campaña electoral del Frente Sandinista con un discurso en el que arremetió con gran agresividad contra la viuda de Pedro Joaquín Chamorro, a la que acusó de "mercenaria" y vaticinó que "el pueblo la enterrará con sus votos el próximo 25 de febrero".

Enfrentamiento con la UNO

El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) celebró el 28º aniversario de su creación y el 13º aniversario de la muerte de su fundador, Carlos Fonseca, con actos masivos en las principales ciudades del país, en los que participaron todos los dirigentes sandinistas.

En Managua, ante varias decenas de miles de personas, el presidente Ortega confirmó el nuevo tono de la campaña: un cerco contra la candidatura de la UNO, a la que se acusa directamente de ser el instrumento de la contra y del somocismo para recuperar el poder.

Fuentes sandinistas admitieron que el Gobierno ha tenido que optar por una línea de enfrentamiento con la UNO en vista del crecimiento de la candidatura opositora en las encuestas. Estas fuentes creen que a partir de ahora esa tendencia se modificará radicalmente y que Violeta Chamorro no pasará de un 20%.

El FSLN, que el miércoles sacó a las calles en todo el país a muchos miles de personas, dice contar con 140.000 militantes dedicados a realizar campaña electoral en favor de los candidatos del Gobierno. De acuerdo con los cálculos previstos, el 25 de febrero serán necesarios 700.000 votos para que el partido ganador obtenga más del 50%.

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