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Varios miles de personas se manifestaron frente a Vandellòs 1 para reclamar su cierre

Varios miles de personas, 8.000 según la policía local y 15.000 según los organizadores, se manifestaron ayer frente a la central nuclear Vandellòs 1 (Tarragona) para exigir su desmantelamiento, después de que el pasado 19 de octubre sufriera el accidente nuclear más grave registrado nunca en España. A la manifestación, que estuvo vigilada por un amplio contingente de la Guardia Civil, no asistió prácticamente ningún responsable político del Ayuntamiento de Vandellós.

Los manifestantes partieron en dos columnas distintas, al norte y al sur de la central, para reunirse finalmente frente a la entrada del complejo. Paralelamente, otra manifestación de unas 60 embar caciones se acercó por mar hasta situarse frente a Vandellòs 1, donde hicieron sonar sus campanas y sirenas. El acto comenzó a las 11.20, momento en que una columna de manifestantes partió desde el circuito de Calafat mientras otra hacía lo mismo desde las inmediaciones de Mont-roig. A esa misma hora tres compañías antidisturbios de la Guardia Civil, procedentes de Madrid, Barcelona y Zaragoza aguardaban en el interior del, recinto de la central en previsión de incidentes.El acto fue convocado por el Comité Antinuclear de l'Ametlla, y a él se adhirieron más de 50 grupos ecologistas, asociaciones ciudadanas y partidos políticos. En la columna sur se produjo un pequeño problema de protocolo cuando el alcalde de l'Ametlla, Pere Margalef, y algunos concejales intentaron situarse a la cabeza de la manifestación portando la paricarta. Margalef y los ediles fueron expulsados por miembros del Comité Antinuclear, con quienes han mantenido en los últimos días algunas diferencias.

A pesar de que el gobernador civil de Tarragona, Ramón Sánchez, anunció que pondría todas las facilidades posibles para que se desarrollase el acto, alguno de los participantes denunció ayer que la Comandancia de Marina había intentado impedir la salida al mar de las embarcaciones que querían sumarse a la protesta.

Cuando las dos columnas se reunieron en la entrada de la carretera que conduce a la central, los manifestantes se acercaron hasta 10 metros de la reja que rodea la planta atómica, detrás de la cual se encontraba el más elevado número de miembros de la Guardia Civil. Los manifestantes se sentaron en el suelo y, ante la pasividad que mostraban los miembros del Comité Antinuclear, el alcalde de uno de los cinco municipl os de la zona, Josep Marla Aragonés (Mont-roig), tomó la palabra para defender el cierre de la central y afirmó que "si Lemóniz se cerró por cojones, ésta también".

Municipios nucleares

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Paradójicamente, el Ayuntamiento de Mont-roig no ha solicitado el cierre definitivo de Vandellòs 1, sino que exigió en una sesión plenaria celebrada el 26 de octubre que se paralicen las dos unidades nucleares de la zona hasta que no se solucionen las carencias del Plan de Emergencia Nuclear de Tarragona (Penta). El Ayuntamiento que más duramente se ha manifestado sobre el tema ha sido el de l'Ametlla, que ha solicitado e desmantelamiento de las dos centrales de Vandellòs. La postura del resto de los municipios nucleares está vinculada a las aportaciones económicas que realice la Administración central para solucionar las carencias del Penta. Por su parte, el consistorio de Vandellòs ni siquiera ha pedido el cierre de la primera unidad. Unas 300 familias y cuatro concejales de este municipio viven directamente de las dos centrales nucleares de la zona.

El acto finalizó con la lectura de un comunicado por parte de un portavoz del Servicio Mundial de Información de la Energía (WISE), en el que se exigió a la Administración central el cierre inmediato de Vandellòs 1, y a la Generalitat, que no esconda las cifras sobre radiactivadad registradas en la zona antes y después del accidente.

Los responsables de la Anheuser-Busch Companies, la empresa estadounidense que explotará el parque de atracciones Busch, de Vila-seca i Salou, han manifestado a este diario que el accidente de la planta nuclear de Vandellòs 1 del pasado 19 de octubre no afectará el proyecto de su compañía en Cataluña, según un portavoz de la empresa. La única preocupación de Busch en estos momentos es la decisión del Tribunal Supremo favorable a la segregación de Salou del término municipal de Vila-seca, "porque esa decisión administrativa podría retrasar ahora la construcción del parque".

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