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ATLETISMO

González y Odriozola no estuvieron en la despedida de Abascal

Todo el atletismo español se reunió ayer en torno a José Manuel Abascal para homenajearle en su despedida como atleta durante la reunión celebrada en Santander. Resultó una fiesta entrañable, sentimental, como respuesta al comportamiento humano que ha tenido Abascal con sus compañeros en sus 16 años de atleta. Sólo hubo dos ausencias significadas: las de José Luis González y José María Odriozola, presidente de la Federación Española de Atletismo.

Abascal no quiso hacer su despedida oficial sobre la pista, como tenía previsto, porque ni emocionalmente ni fisicamente estaba dispuesto. Prefirió mantenerse en el modesto palco que se improvisó en el estadio de La Albericia junto al alcalde y sus amigos que no olvida, entre ellos Jenaro Bujeda, el hombre que le descubrió para el atletismo. "Que se acordara de mí en estos momentos me emocionó", confesaba ayer Bujeda, «porque mi relación con él terminó hace muchos años. Él ya lo ha conseguido todo y los detalles que tiene definen su personalidad humana".

Bujeda le descubrió hace 18 años cuando le propuso formar parte del equipo de atletismo del colegio donde estudiaba en Zaragoza: "Abascal no quería porque jugaba al fútbol de delantero centro y no lo hacía mal. En ese equipo también estaba Víctor, que luego llegó a ser internacional. Al final aceptó y ganó su primera carrera calzando las botas de fútbol. Se fue animando y se hizo atleta. Era tan dura y sacrificado que en una ocasión, en una carrera de 1.000 metros, después de llevar una ventaja escandalosa, quedó segundo. Un clavo le había atravesado el pie y llegó ensangrentado. Se picó tanto por no haber ganado que al día siguiente quiso correr en la prueba de 2.000 metros, donde sí fue el primero".

Casi todos sus compañeros

En su despedida no faltaron los que han sido sus compañeros en la pista durante tantos años. No olvidan que cuando Abascal ganó su primera gran medalla, la de bronce en los Campeonatos Europeos absolutos de 1982, en la cena tuvo unas palabras para ellos: "Esta medalla la dedico a todos estos atletas, mis compañeros, que han trabajado tanto como yo para conseguirla, pero que han tenido peor suerte que yo. Me gustaría partirla en cachitos para que todos nos sintiéramos recompensados igual".

El detalle no lo olvidaron sus compañeros y todos acudieron a participar en la reunión de atletismo que a partir de ahora llevará su nombre. Nadie realizó exigencia económica alguna para participar porque el presupuesto era muy reducido. En este caso siguieron el ejemplo dado por Abascal en muchas carreras, en las que ha llegado a participar gratis. Sólo se echó en falta a González, pese a que éste le había comunicado, que, aunque no pudiera correr, estaría.

También faltó Odriozola, presidente de la Federación, quien mantiene una fría relación con Abascal desde que accedió a la presidencia. Sí estuvo, en cambio, el anterior presidente, Juan Manuel de Hoz, por razones sentimentales: "Abascal ha sido uno de los atletas destacados en mi época. Hemos mantenido una relación amistosa. No podía faltar porque su dimensión humana su pera incluso a la de atleta".

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