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El otoño del crédito

Las condiciones para adquirir automóviles y vivienda serán más duras tras las vacaciones

Volver de las vacaciones siempre es duro. Cuesta hacerse a la idea de que recomienza un año de rutina diaria. Algunos, que a lo mejor esperaban paliar ese síndrome del regreso con la ilusión de comprarse un coche nuevo, una vivienda propia o un sinnúmero de cosas a las cuales se podía acceder gracias a un crédito, recibirán seguramente una ducha de agua fría. El Gobierno adoptó en julio medidas para limitar los ímpetus consumistas de los españoles, lo que se traduce en un incremento de los intereses aplicados a los créditos ofrecidos en el mercado.

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El mes de septiembre será quizá para muchos el mes de la gran decepción. Sentimiento que de hecho se sentirá entre los que habían pensado involucrarse en un crédito hipotecario o en un crédito de consumo. Los intereses se han disparado y las exigencias se han endurecido en lo que concierne a avales, antigüedad de las cuentas y filtraje por parte de las juntas de decisión.Se vislumbran dificultades también para los que hayan decidido comprar un coche nuevo a través de un plan de financiación ofrecido por las agencias financieras dependientes de los fabricantes. La mayoría de estos agentes aseguran que aún no se puede saber en cuánto deberían incrementarse los intereses ni en cuánto se rebajará el número de mensualidades -otra de las medidas que se barajan para disuadir a los compradores: menos mensualidades significará desembolsar más en cada cuota-. Pero una cosa es segura, el endureci-

miento se respira y es muy probable que aflore para el mes de septiembre. Si aún no se ha producido, ha sido simplemente porque Economía ha dado a las financieras recomendaciones y no órdenes.Malos auguriosEl salto dado por la inflación en el mes de julio de un 1,6%, lo que la sitúa en un incremento interanual del 7,4%, y el crecimiento de un 28% del dinero en las manos del público, en el cual debe incluirse un aumento del 14% de los créditos al,sector privado, son signos premonitorios lo suficientemente convincentes como para pensar que los anhelos constinústas de la población se verán truncados por una política de rigor.

A ojos de las financieras de coches, las cosas varían según la marca; así, Renault Financiación ve como probable un encarecimiento de sus créditos para el mes de septiembre o una reducción del número de mensualidades. Si hoy se puede comprar un Renault Supercinco pagando al día, según anuncia su publicidad, el precio de un cubata, pronto la diferencia de coste será mayor.

En PCA Credit, filial de Citroen y Peugeot, las condiciones siguen siendo las mismas que hasta ahora. Lo mismo sucede en Fiat Financiación: hasta que no se pronuncien oficialmenete las autoridades la agencia de Fiat dice estar en una posición de "ver, oír y callar". Para algunos responsables, las medidas gubernamentales "están en contradicción con un régirnen de libre mercado, como se supone existe en España".

Algunas fuentes dan a entender que si las financieras dependientes de los fabricantes de coches no han reaccionado aún, en el sentido de un incremento de sus intereses o la ba a j

del número de mensualidades, es, porque desean mantener acualquier coste la demanda aprovechando su buena situación financiera que les permite el "lujo de promover ofertas y créditos muy accesibles".

Por otra parte, fuentes del sector han indicado, un poco a la contraria de lo que desearía el Gobierno-, que se espera para 1989 un incremento sustancial del número de coches importados. El volumen pasaría de 838.000 millones de pesetas en 1988 a una cantidad próxima al billón de pesetas.

La partida más importante sería la de los coches de turismo, cuyas importaciones pasarán de los 400.000 millones de pesetas. Por último, en términos porcentuales los coches importados cubrirán, al igual que en 1988, el 30% del mercado nacional; en consecuencia y según estos datos, esto implica un aumento de la producción nacional.Se trata por supuesto de previsiones, pero éstas pueden, en los meses que quedan delaño, variar radicalmente, como por ejemplo si las medidas tomadas por el Gobierno para enfriar la economía tienen efecto contrayéndose la demanda.

En el caso de los coches se está en una situación de stand by, aunque todo indica que las posibilidades de acceso al nuevo vehículo se reducirán a partir del mes de septiembre. Baste recordar que las empresas también verán más limitada la posibilidad de acceder a los créditos y éstos serán más caros, lo que reduce las posibilidades de obtener suficiente liquidez para realizar ofertas tan atractivas como las que se venían promoviendo hasta ahora.

Aún es pronto para cifrar los efectos del enfriamiento, aunque algunas medidas como la carestía de los intereses están dando la señal de que a partir de septiembre las cosas se pondrán, por lo menos, complicadas para los que deseen incrementar sus bienes por medio de un crédito.

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