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José María Aznar afirma que lleva 10 años a prueba en el Partido Popular

José María Aznar, presidente de Castilla y León, está dispuesto a aceptar la presidencia en funciones rotatoria del Partido Popular (PP) propuesta por Manuel Fraga, aunque haciendo constar que él tiene su principal responsabilidad en Castilla y León y que debe seguir ejerciendo sus labores de presidente de un Gobierno autónomo en el que gobierna en coalición con el CDS. Aznar no cree que la rotación sea para poner a prueba a nadie. "Llevo 10 años a prueba", dijo, "y en este partido estamos a prueba permanentemente".

Aznar ha señalado que él, al igual que ocurre con Abel Matutes, no puede residir, debido a sus obligaciones, en Madrid. Se ha mostrado partidario de buscar fórmulas de coordinación para atender las tareas de la presidencia en funciones del partido sin dejar de residir en Valladolid y sin que esta tarea mengüe su gestión en Castilla y León. Considera que el PP tiene una estructura sólida que podría permitirlo.Por otra parte, el diputado por Murcia Juan Ramón Calero, que ha dimitido como portavoz del Grupo Popular en el Congreso y como presidente del PP en Murcia, realizó ayer unas declaraciones a EL PAÍS mientras recogía libros y efectos personales de su despacho parlamentario, informa Anabel Díez.

"Tengo amnesia refundacional", dijo irónicamente, aunque de sus medias palabras se desprende que ha perdido el apoyo político y la confianza que le dispensaba Fraga o, al menos, así lo percibe.

Esta falta de apoyo no sólo se explica por el incidente último localizado en Murcia, sino por el encorsetamiento que de hecho padecía desde el último congreso, de tal manera que no gozaba de la autonomía que él estimaba necesaria p ara un presidente de grupo parlamentario, que debe reaccionar y tomar decisiones sobre la marcha casi diariamente. Colaboradores suyos ponen como ejemplo el hecho de que en debates importantes se cediera la tribuna a otra persona, caso de Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, o si hay que hablar de asuntos del Ministerio del Interior, antes tenía que consultar a Rodolfo Martín Villa.

Calero asegura que reingresa contento en su profesión. "Yo soy jurista y me gusta ejercer como abogado en defensa de los intereses generales del Estado". En cuanto a su inmediato futuro, es decir, pasados estos últimos meses de legislatura, dijo: "Yo no seré diputado, nadie me lo va a ofrecer, pero no lo quiero ser". Calero asegura que ha intentado no dimitir, pero que no le ha quedado otra solución. "Para ejercer un puesto como éste se necesita una doble confianza: la de las bases y la de los dirigentes. Podría haberme acantonado en Murcia, pero eso sería malo para el partido, y eso no lo quiero de ninguna manera, así que procuro irme sin hacer daño". Asegura que su próximo deseo es el de ser interventor de mesa del PP en las próximas elecciones en el barrio murciano de San Basilio, "un barrio dificil para el Partido Popular".

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Mientras rememora lo que han sido estos dos años y medio al frente de los diputados del PP, le telefonea el presidente del Grupo Socialista, Eduardo Martín Toval, y quedan para despedirse en persona. Calero, que no podía disimular cierta emoción, asegura que ha hecho buenos amigos en todos los grupos, al margen de "las peleas políticas", y cita a todos los portavoces y al presidente del Congreso, Félix Pons.

Por otra parte, Fraga decidió ayer revocar los expedientes abiertos por Calero a militantes del PP en Murcia.

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