Hermanos unidos y separados
No por sorpresa me llega la terrible noticia de la muerte de mi tío Ernesto, desde hace tiempo tristemente esperada dado el precario estado de su salud en los últimos meses Pero ello no impide que la reciba con el rechazo de la realidad que una noticia así conlleva.No es este el momento de analizar cuáles de sus muchas virtudes creativas serán las que mejor se instalen en la cultura representativa de nuestro tiempo. Ahora sólo quiero dejar constancia de que, como hombre de esa cultura, con Ernesto, y hace poco más de un año también con Rodolfo, España ha cerrado un capítulo trascendental de su historia de la música.
Dos hermanos, unidos por una misma sangre, un mismo apellido y un mismo afán de crear belleza, separados por diferentes concepciones estéticas y, lo que es en verdad triste, geográficamente por causa de unos avatares históricos nacionales que se cebaron negativamente en esa generación, han dado una perspectiva de la música de nuestro tiempo basada en lo más esencial de lo que entendemos por cultura de España, a pesar de ese apellido que tiene sus raíces en lo que Falla llamaba ,las brumas germánicas". En estos momentos en los que siento una terrible sensación de orfandad, pues para mí siempre fue un orgullo el que alguien confundiese mi nombre con el de cualquiera de ellos, yo pediría a los amigos una oración por su alma, y a todos los que aman la música, que se acerquen a su obra, donde hay mucha belleza que admirar.
Ernesto, tío Ernesto: para el próximo mes de diciembre había programado en uno de mis conciertos con la Orquesta Nacional en Madrid tu Sinfonietta. El destino, el azar... sabe Dios qué, no han querido que en ese día te pudiese demostrar lo mucho que admiro esa obra y lo mucho que ella nos ha influido a las generaciones más jóvenes. En ese día, tendré que tragarme más de una lágrima para que el cariño y tu recuerdo no falseen la perfecta ejecución que tu obra merece y que con tanta ilusión iba a ofrecerte.