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Bulgaria no es Chipre

El viceministro de Exteriores búlgaro acusa a Turquía de tratar de desestabilizar el sur del país

HERMANN TERTSCH, ENVIADO ESPECIAL, El Gobierno de Ankara ha lanzado una campaña de agitación de la minoría turca en Bulgaria para desestabilizar este país e intentar en el sur del territorio búlgaro una maniobra similar a la realizada en la ocupación del norte de Chipre, según manifestó a EL PMS el viceministro de Asuntos Exteriores búlgaro, Ivan Ganiev.

Cerca de 100.000 miembros de la minoría turca en Bulgaria abandonaron este país rumbo a Turquía en las últimas semanas, a consecuencia de las presiones de asimilación que ejerce el régimen de Sofía. Se trata del mayor éxodo de población habido en Europa desde el final de la II Guerra Mundial.En una entrevista con este periódico, Ganiev aceptó que en algunos casos la asimilación ha encontrado fuertes resistencias, pero dejó claro que el Gobierno de Sofía mantendrá esta política incluido el controvertido cambio forzoso de nombres, la eslavización de los nombres turcos. Yussuf, en Bulgaria será Iván. El que se niegue al cambio tendrá que emigrar. Las puertas están abiertas. Los ciudadanos búlgaros tienen ya en parte, y en septiembre en su totalidad, el pasaporte para viajar a donde ellos quieran y los acepten. Paradójicamente, este paso hacia la libertad de movimiento es utilizado en primer lugar por los ciudadanos que huyen de una represión nacionalista.

Ganiev se mostró seriamente preocupado por los llamamientos turcos a la solidaridad de raza y religión y el innegable nacionalismo radicalizado en Turquía con este conflicto entre los dos vecinos en los Balcanes con un pasado común jalonado de enfrentamientos sangrientos y miembros de dos alianzas militares y sistemas económicos opuestos.

"La tentación del panturquismo es repetir la operación de Chipre en Bulgaria, después en Grecia y establecer una nueva confederación bajo hegemonía turca en los Balcanes. En Ankara está latente un pensamiento medieval, el mismo que guiaba al imperio otomano", manifestó Ganiev en su despacho oficial en Sofía.

En Estambul, la Prensa no deja de publicar manifestaciones de solidaridad de países islámicos con la causa de Ankara en defensa de la minoría turca en Bulgaria.

"Vaya usted a Plovdiv", señaló Ganiev. "El consulado general turco tiene en la puerta un cartel en el que se califica como oficina en la ciudad Filibe. Hace 110 años que esta ciudad se llama Plovdiv. Para ellos no, para ellos sigue llamándose como durante el imperio otomano".

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Ambiciones territoriales

Ganlev acusa al régimen de Ankara de albergar ambiciones territoriales y apostar por un panturquismo que "les lleva a decir que hay 150 millones de turcos en el mundo, cuando sólo viven 55 en territorio del Estado turco, y dicen que la República turca tiene que velar por todos. Chipre es un ejemplo de cómo creen en Ankara que deben solucionar los problemas de los turcos en el exterior. A ver cuándo Occidente se rebela contra el hecho de que un Estado no alineado en Europa esté ocupado militarmente por un miembro de la Alianza Atlántica".

El viceministro Ganiev es una de las cabezas más claras de la siempre dificil política exterior búlgara. Apenas desvanecidas las brumas del escándalo de la pista búlgara en el intento del asesinato del papa Juan Pablo II en el que no se pudo demostrar vinculación alguna de Sofía con la trama, la polémica esclavización de los turcos búlgaros vuelve a poner al régimen de Sofía entre los acusados en la comunidad de naciones.

"No pueden pensar en serio en Ankara solucionar los problemas por vías militares, pese a que en el mitin de Estambul se podían leer consignas como El Ejército a Sofía. No podemos medimos con Turquía, ellos tienen 850.000 hombres en armas, el mayor Ejército de la OTAN. Pero la pequeña Bulgaria tiene sus aliados y con la ayuda del Ejército rojo sabríamos defender nuestros intereses llegado el momento".

El viceministro de Asuntos Exteriores, máximo experto del Gobierno en asuntos balcánicos y en las relaciones en el Pacto de Varsovia, acusó a Turquía de continua injerencia para causar una psicosis entre los turcos búlgaros, especialmente por conductos del movimiento religioso islámico. "Muchos van hacia allá a visitar a familiares y los meten en campos de refugiados. Les prometen pisos y automóviles, los reciben con pancartas de Bienvenidos y aseguran que aceptarán la entrada de un millón o más, los que vayan", señaló.

Herencias de la historia

"Nosotros no podemos aceptar una política de Ankara que es igual a la practicada por el imperio otomano. Los problemas no los hemos creado nosotros, son herencia de la historia. Pero también nos crea problemas el búlgaro que se crea turco". Ganiev insiste en la versión de su Gobierno de que no hay realmente una minoría turca en su país.

"A nosotros 500 años de yugo turco nos echaron culturalmente siglos hacia atrás. Aquella esclavitud no tenía nada que ver con la colonización que España hizo en América. Nosotros teníamos que rendir el impuesto de sangre. De cinco hijos sólo uno quedaba en la familia. Los varones restantes iban al Ejército turco, las mujeres a los harenes. Todos eran convertidos al islam. La inmensa mayoría de las personas ahora afectadas son descendientes de éstos". Ganiev reconoce que en la actualidad se están produciendo auténtica tragedias en la comunidad turca, aparte de las víctimas mortales de la represión de las manifestaciones habidas en la semana del 20 al 27 de mayo.

"Ha habido casos en que el marido acuchilló a la mujer por negarse ésta a abandona Bulgaria y acompañarle a la emigración. Hay tragedias humanas increíbles".

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