_
_
_
_
_

Un golpe militar incruento derroca al Gobierno sudanés

Un golpe de Estado militar derrocó en la madrugada de ayer al Gobierno democrático del primer ministro de Sudán, Sadiq el Mahdi. Según los primeros informes, no hubo derramamiento de sangre, pero Mahdi, que debía viajar hoy a Libia para anular un tratado militar con Trípoli fue puesto bajo arresto domiciliario. El nuevo Consejo Militar ha derogado la Constitución y ha suspendido el funcionamiento del Parlamento y del Consejo de Ministros.

Más información
A la sombra de su tío

Unidades de paracaidistas y de carros blindados, bajo el mando del general de brigada que encabeza el golpe, Omar Hassan Ahmed el Bechir, tomaron posiciones frente al palacio presidencial y la sede del Consejo de Ministros, en los puentes sobre el Nilo y ocuparon el aeropuerto de Jartum, que fue cerrado al tráfico. Los golpistas declararon el estado de emergencia en todo el país y el toque de queda en Jartum.El primer ministro Mahdl, líder del partido Urnma, presidía desde mayo de 1986 un Gobierno de Unidad Nacional, civil, después de haber sido el primer jefe del Gobierno elegido democráticamente en 20 años en los que el país sufrió una quincena de golpes de Estado.

El nuevo jefe militar de Sudán anunció en un comunicado difundido ayer por la radioemisora estatal Oindurman que el derrocamiento de Mahdi se debía a que éste no había sabido negociar el fin de la guerra civil que el Ejército libra desde hace seis años en el Sur contra el movimiento guerrillero Ejército Popular de Liberación de Sudán (SPLA). También anunció que él mismo asumiría la jefatura del Estado, la presidencia del Gobierno, la titularidad del ministerio de Defensa y el mando de las fuerzas armadas.

El Bechir, junto a otros 150 oficiales del Ejército, lanzó en febrero pasado un ultimátum al Gobierno de Mahdi en el que le exigía la introducción de reformas políticas y económicas, el fin de la guerra civil o que, en su defectos, se proporcionara más armamento al Ejército regular.

Mahdi, al igual que los principales miembros del Gobierno, se encuentra bajo arresto domiciliario. Iba a visitar hoy sábado la vecina Libla para derogar un tratado militar vigente entre ambos países. La anulación de este tratado y el fin de la aplicación a todo el país de la ley islámica, la sharia, son dos condiciones impuestas por el SPLA para negociar el fin de la guerra.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Guerra civil

Esta guerra ha conducido a Sudán, el país más extenso de África, al colapso económico. En el sur, murieron el año pasado 250.000 personas a causa del hambre causado por las sequías y la guerra. Con una población de 25 millones de habitantes, el ingreso medio del sudanés ronda los 440 dólares, lo que convierte al país en uno de los más pobres del mundo.

La guerra civil se libra entre el Norte, musulmán, y el Sur, donde el SPLA, encabezado por el general disidente cristiano John Garang, representa a la mayoría animista y cristiana de esa arte de Sudán. El SPLA tiene su base en la región meridional fronteriza con Etiopía.

Hace sólo doce diás, el Gobierno de Mahdi denunció un plan de golpe de Estado, el tercero en su contra desde su llegada al poder. La desarticulación de la intentona fue acompañada de la detención de catorce oficiales del Ejército y de cincuenta civiles, entre ellos varios familiares del ex presidente Gaafar el Numeiri. Éste, desde su exilio en El Calro, negó tener alguna relación con los planes golpistas. Sin embargo, tras este intento frustrado, Numeiri abandonó El Cairo con destino desconocido.

Numeiri fue derrocado en 1985, tras haber regido el país de forma dictatorial desde 1969. En 1983 había decretado la ley islámica, la sharia, para todo el país, lo que provocó el rechazo del Sur, cristiano y animista, donde ese mismo año nació el SPLA.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_