Bandrés pide 10 años de confinamiento para el ex ministro Ricardo de la Cierva
El diputado Juan María Bandrés solicitó 10 años de confinamiento para el ex ministro de Cultura Ricardo de la Cierva por delito de injurias a un miembro del Congreso, en el juicio que ayer se celebró contra el historiador y periodista en la Audiencia de Madrid. Bandrés pide también cinco millones de indemnización, que afirma dedicará a una beca para estudios sobre la paz.De la Cierva publicó el 6 de octubre de 1983 en el diario Ya un artículo titulado La sociedad suicida, en el que, entre otras cuestiones, calificaba a Bandrés de "insultador parlamentario" y "encubridor de asesinos". El diputado y actual candidato al Parlamento Europeo por la coalición Izquierda de los Pueblos había participado el día anterior en el debate sobre el aborto y había criticado a la derecha por defender el derecho a la vida de los no nacidos, pero estar a favor de la pena de muerte para los adultos. Juan María Bandrés presentó una querella por injurias y calumnias contra De la Cierva, pero el caso estuvo paralizado durante dos años, por lo que probablemente los delitos han prescrito.
Así lo puso de manifiesto el fiscal, que pedía un año de prisión para De la Cierva y que éste indemnizara a Bandrés con dos millones de pesetas, pero ayer solicitó la absolución por considerar efectiva la prescripción. El abogado de Bandrés mantiene las acusaciones por injurias o calumnias y pide alternativamente cuatro meses o cuatro años y dos meses de cárcel por esos delitos, respectivamente.
Sin embargo, comparte con el fiscal la tesis de que esos delitos privados prescriben a los seis meses y un año, respectivamente, y por ello el letrado se ha inclinado por calificar los hechos como injurias a un parlamentario por el ejercicio de su cargo. Este tipo penal prescribe a los 10 años y la pena a imponer es la de 10 años de confinamiento. Bandrés ha anunciado que si condenan a De la Cierva a confinamiento pedirá inmediatamente el indulto por considerar que es una pena que debe desaparecer.
La defensa de Ricardo de la Cierva considera que los hechos no constituyen delito, sino el ejercicio de una crítica política.
