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FERIA DE SAN ISIDRO

Para Juan Pedro Galán, la novillada fue una encerrona

"Echar unos toros así, porque por su trapío y sentido eran toros en lugar de novillos, es una auténtica encerrona". Así expresaba después del festejo, en el hotel, Juan Pedro Galán su indignación por lo sucedido en la plaza. El novillero, que sufrió una voltereta de impresión, señalaba que se había escapado de milagro de la cornada: "No tuve la mala fortuna de Luguillano".Argumentaba que no hay derecho que la empresa eche a los novilleros a los leones: "Si fuera una feria deficitaria, le entendería. Pero con los millones de beneficios que da es absolutamente injusto que compren novillos tan malos". Añadía que ahora mismo en el campo hay muchísimas novilladas con garantías para Madrid: "Aunque cuesten un poco mas".

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La caza del novillero

Galán, que ha presenciado varias de las corridas del abono, insistía: "Niguna tarde han salido toros tan grandes. Por ejemplo, los míos eran más altos que yo, me tapaban copletamente la visión de los tendidos". El diestro ya vino antes de la feria a Las Ventas, y se quejó de las dificultades de los novillos de Bemardino Giménez que mató entonces. "Bueno, pues los de aquel día", agregó, "eran la tonta de la pandereta a su lado".

Sigue pensando tomar la alternativa a final de temporada: "Ahora con más razón, pues estoy satisfecho de mi labor esta tarde, tras poderle a los imposibles novillos". Galán redondeó su aseveración al respecto: "Es que he demostrado estar preparadísimo, ¿no?. Por muy grandes y dificiles que sean los toros que lidie entonces, nunca serán como los dichosos barciales".

Mejora Antonio Posada

El novillero Antonio Posada, ingresado en la Residencia Sanitaria Doce de Octubre, a donde fue traladado desde Granada, experimentó ayer una ligera pero continua mejoría. Está tomando medicamentos muy fuertes para disolverle el trombo que tiene alojado en su parietal izquierdo y, aunque con lentitud, van dando resultados. Ayer se disolvió parte de este coágulo y los doctores que le atienden confian en que no sea necesario intervenirle quirúrgicamente para disolverlo de forma total. Hoy se le hará un scáner exploratorio. Posada se encuentra más animado y ya da algunos paseos por la habitación. Con su voz todavía gangosa indica a los familiares y amigos que le visitan que quiere torear muy pronto, lo que en el mejor de los casos no ocurrirá hasta dentro de tres semanas como mínimo.

Menos suerte tiene el banderillero Antonio Briceño, que sufrió un percance el día del Corpus en Toledo, y al que hubo de operarle ayer de nuevo para limpiar la herida de su pierna, aunque esto no es un agravamiento, sino un pequeño retraso en su evolución, según fuentes médicas.

Por su parte, Rafael de la Viña, cuyo enfriamiento por actuar bajo la lluvia el pasado domingo le obligó a guardar cama en el hotel madrileño donde se alojaba, se marchó a Valencia, donde reside, para continuar el tratamiento. Deberá guardar cama todavía tres días más.

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