El mundo inusitado
Con su aspecto de trovador tardío, Angelo Branduardi, considerado como uno de los músicos más importantes y veteranos de la canción italiana, escogió el último día de la programación musical de San Isidro en el Pabellón de Deportes del Real Madrid para hacer su presentación en España.Branduardi es uno de los pocos cantantes que mantienen una estricta fidelidad a los planteamientos clásicos del cantautor pero la rigurosidad con que se ha adaptado a los nuevos tiempos y su progresión musical le permite escapar de la añoranza como principal razón de permanencia Sus canciones no intentan ajustarse a la estructura del pop -sustituye los estribillos por ritornellos típicos del barroco- y la influencia de la música renacentista permanece desde el comienzo de una carrera musical realizada por un camino propio, original y con evidentes influencias del clasicismo italiano, aunque en sus últimas canciones pueden apreciarse ecos de culturas lejanas, como la oriental y la africana.
Angelo Branduardi
Angelo Branduardi (voz, guitarra española, violín, flauta de pico y armónica), Claudio Guídetti (guitarra, teclado, stick y coros), Danilo Madonia (teclados, acordeón y coros), Flavio Ibba (bajo y teclados), Jean Paul Ceccarelli (batería) y Fawzia Selarna (coros). Pabellón de Deportes del Real Madrid. Madrid, 19 de mayo.
Angelo Branduardi domina la guitarra española, el violín y la flauta de pico, y desarrolla un repertorio de formas muy variado, desde la danza a la canción intimista y lírica. Como los trovadores, utiliza un sistema de expresión sentimental y melancólico, ofreciéndolo con sentido artesanal y puesto al día con la ayuda de un excelente equipo de acompañamiento, en el que destaca la labor del teclista Danilo Madonia -a veces con influencias minimalistas- y ese prodigioso batería llamado Jean Paul Ceccarelli. Con un planteamiento de gran finura y amplia gama de matices, apoyado por un magnífico trabajo en luces y sonido, Branduardi cosechó un gran triunfo en su primera actuación española. Fue el merecido reconocimiento para uno de los últimos habitantes de un mundo inusitado.