_
_
_
_
_

La difusion de la música contemporánea objetivo de los jóvenes directores de orquesta españoles

Andrés Fernández Rubio

La creación en los últimos años de agrupaciones musicales ha aumentado las expectativas de los jóvenes directores de orquesta en España. Con las 35 orquestas sinfónicas, entre las profesionales y las de aficionados, y los más de 81 grupos de diversa formación y características, se abre para ellos un panorama de una movilidad que sólo se obstaculiza a la hora de planificar una carrera en el extranjero. Con trayectorias diversamente enfocadas, en lo que sí coinciden algunos directores representativos de la joven generación es en su responsabilidad a la hora de difundir la música contemporánea.

Más información
Tres generaciones

El director de la Joven Orquesta Nacional de España, Edinon Colomer, de 37 años; el compositor José Ramón Encinar, de 35 años; el director de la Orquesta Sinfónica de Tenerife, Víctor Pablo Pérez, también de 35; José Luis Temes, de 32 años, y Wolfgang Izquierdo, de 29, son ejemplos que se encuadran en los límites de lo que podría considerarse como la joven generación de directores de orquesta.Encinar, premio nacional de la música, y en cuyo currículo aparecen los estrenos de obras sinfónicas y óperas -una de ellas, Figaro, obra suya- de muchos de los mejores autores españoles de la actualidad, señala que en un director "no sólo la valía musical es necesaria, sino también el tener un cierto carisma, que depende en gran medida del trato humano". El continuo trasiego, la obsesión discográfica, la alternancia de titularidades y la falta de tranquilidad necesaria para trabajar una partitura son rasgos que para Encinar explican la carencia de maestros como los de antaño, al estilo de Furtwángler o Toscanini.

"Los directores de orquesta en el mundo", añade, "están en general manejados, para bien o para mal, por las casas discográficas. En España nos encontramos fuera de esas vías de cariafizacion, primer escollo que es preciso vencer". Encinar, que prima su trabajo como compositor y el aspecto huniano a su proyección como director de orquesta, cree que dichas vías importan a nivel mundial para que suene un nombre o se facilite el acceso a determinadas orquestas y festivales, con las excepciones, por ejemplo, de dos de los grandes, Celebidache y Kleiber. Señala que de los directores españoles, sólo López Cobos tiene una presencia discográfica considerable.

Elemento de conexión

Víctor Pablo Pérez asumió a los 26 años la titularidad de la Or questa Sinfónica de Asturias que dirigió durante ocho años. Ahora es titular de la de Tenerife. Pérez cree que el elemento de conexión entre los jóvenes directores es que la mayoría han asumido la responsabilidad de "dar a conocer la música del siglo XX y, sobre todo, la de nuestro país". Piensa que en España es el momento, en el terreno musical, "de profundizar en lo que debe ser una vida cultural estable. Va naciendo una serie de orquestas y su desarrollo es muy importante. El reto es profesionalizarlas".Edmon Colomer se pronuncia en parecidos términos, y en su opinión lo importante es la "formacion sólida de grupos instrumentales, orquestas, coros incluso; que tengan una estructura racional lo más organízada posible. Hasta ahora en España no han sido estas estructuras lo suficientemente coherentes. Sólo un instrumento sólido permite desarrollar objetivos como la divulgación de la música contemporánea, de la de autores españoles y la ejecución con dignidad del repertorio pasado". Colomer dice haberse impuesto, al frente de la JONDE, el objetivo de formar un grupo coherente.

Sacar a la música contemporánea del gueto es lo que preocupa en mayor medida a José Luis Temes, de 32 años, director habitual de grupos de cámara y también de agrupaciones como la Orquesta Nacional. En total, su trayectoria incluye casi 130 estrenos mundiales, la mayoría obras de compositores españoles.

Para Temes, uno de los problemas a los que se enfrenta como director es el de convencer a la gente de la necesidad, al programar un concierto de temporada, de que conviva la música tradicional y la actual. "Existe un sector del público reacio a ello, pero es minoritario. Contra lo que se- pueda pensar, el público escucha con respeto y curiosidad las obras de compositores vivos, siempre que no se le abrume".

Wolgang Izquierdo, de 29 años, es violinista de la Orquesta Sinfónica de Madrid -actualmente en excedencia, cumpliendo el servicio militar-, y director de orquesta. Ha estudiado en Salzburgo esta especialidad y dirigido ocasionalmente a la Orquesta Bélica Filarmónica -de la que es titular su padre, Luis Izquierdo-, y a un grupo de unos 30 músicos, compañeros suyos, con los que, por ejemplo, grabó la música que Francisco Guerrero escribió para la serie televisiva El mundo de Juan Lobón.

Izquierdo es crítico con el sistema que actualmente cree que es común a la mayoría de directores de orquesta: "Los directores de orquesta de hoy se casan más con el capital que con los músicos. La mayoría se dedica a ganar dinero sin tener en cuenta el sentir de la orquesta. No le tienen cariño, y un director tiene que ser líder por y para los músicos".

"Yo he aprendido más en los años de orquesta que en los de estudio", dice. "Salí espantado de una clase de dirección en España", añade. "Quizá una base musical sólida se puede adquirir aquí, pero a partir de ahí es mejor salir al extranjero, porque en España es un desastre. El nivel del alumnado también es bajo".

Para Wolfgang Izquierdo, un profesional de la dirección "debe de implicarse en la difusión de la buena música, tanto si es contemporánea como si no".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_