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Takeshita admite que recibió 90 millones de pesetas de la empresa Recruit

El caudal de noticias que amplían cada día más la gravedad del caso Recruit en Japón tienen un efecto casi inmediato en la persona del primer ministro, el liberal Noboru Takeshita. Reconoce datos que lo hunden en el escándalo pero encaja cuantos golpes le llegan y se niega a dimitir o a disolver la Dieta (Parlamento) y a convocar elecciones. Ayer no tuvo miedo de bajar a la arena parlamentaria para admitir que ha recibido por diversos conceptos casi 100 millones de yenes (unos 90 millones de pesetas) de Recruit y filiales en un período de tres años, pero negó otros 50 millones que se le atribuyen en operaciones bursátiles y fiestas políticas.

Cuando un diputado socialista de la comisión de Presupuesto de la Cámara Baja lo acusó de haber mentido en la Dieta, al manifestar hace seis meses que jamás había recibido dinero de la Recruit, el aguerrido jefe del Gobierno se disculpó y dijo: "En aquel momento no disponía de todos los datos que ahora expongo aquí".Takeshita se presentó ante la comisión con el propósito de desbloquear la parálisis que desde el pasado 8 de marzo existe en la actividad legislativa y que imposibilita la aprobación del presupuesto fiscal de este año. La oposición se niega a discutirlo hasta que el ex primer ministro Yastihiro Nakasone no aclare en el pleno su responsabilidad en el escándalo.

Los liberales disponen de mayoría suficiente para aprobar la ley, pero si fuerzan la votación con la ausencia de los demás grupos se romperá la tradición de consenso que ha sido norma de la vida parlamentaria. Esta tradición se rompió de todos modos el pasado diciembre cuando la oposición boicoteó el voto para aprobar la reforma fiscal.

La cantidad que Takeshita reconoció ayer haber recibido corresponde a donaciones o ingresos por entradas compradas en fiestas de apoyo por parte de Recruit, Recruit Cosmos y otras filiales de la firma de servicios de información. No hay todavía pruebas de que tales aportaciones constituyeron una violación a la ley de control de fondos políticos, pero casan mal con la ética política.

Recruit le entregó esas cantidades entre 1985 y 1987, un período durante el que la trayectoria de Takeshita era ya imparable: ministro de Finanzas, secretario general del Partido Liberal Democrático (PLD) y presidente del PLD, lo cual automáticamente lo colocó en la jefatura del Gobierno. "Una empresa no le da a un político sumas tan elevadas a cambio de nada", afirmó ayer el secretario general del partido comunista, Misuhiro Kaneko.

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