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Banesto y Central comunican oficialmente al Banco de España la ruptura de la fusión

Los presidentes de los bancos Central y Banesto comunicaron ayer oficialmente al Banco de España la ruptura del proceso de fusión entre las dos entidades privadas debido a "dificultades de todo orden sobrevenidas desde la firma de las bases de fusión". Previamente, el gobernador del banco emisor había pedido con carácter de urgencia que las dos entidades aclarasen sus posiciones. Fuentes del Banesto estimaron en algo más de 23.000 millones de pesetas las pérdidas de la no fusión, mientras que el Central no facilitó cálculos en este sentido.

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Las direcciones de Banesto y Central comunicaron ayer al Banco de España, por escrito, su decisión oficial de romper la fusión que hubiera dado lugar al banco español de mayor tamaño. Eran las cinco y media de la tarde. La comisión ejecutiva de Banesto y la comisión permanente del Central habían reanudado sus reuniones por separado, iniciadas el pasado lunes, y tomaron esta decisión final tras haber recibido a primeras horas de la mañana una carta de la autoridad monetaria que exigía una respuesta inmediata de las dos entidades privadas respecto a sus intenciones sobre la fusión. El banco emisor mantenía así su postura de negarse a extender el certificado de defunción del proceso.Con un texto idéntico, las cartas enviadas a Mariano Rubio por Alfonso Escámez, presidente del Banco Central, y de Mario Conde, presidente de Banesto, afirmaban que, a la vista de que el proceso es inviable, toman la decisión formal de romper el acuerdo de fusión.

El Banco de España y el Ministerio de Economía se abstendrán, por lo tanto, de finalizar sus respectivos informes sobre la viabilidad de la fusión y sobre las plusvalías fiscales que le podían corresponder.

En medios próximos a Banesto se afirmó ayer que, en las próximas horas, los presidentes convocarán a sus respectivos consejos de administración para que respalden la ruptura de la fusión que, posteriormente, deberá ser ratificada en las correspondientes juntas de accionistas de ambas entidades.

Mariano Rubio había requerido ayer a los presidentes de los dos bancos para que, con la máxima urgencia, aclarasen si querían romper la fusión. El plazo concedido a Banesto y Central para que adoptasen una solución definitiva terminaba hoy mismo. Desde que el pasado viernes, la cúpula del Banco Español Central de Crédito (BECC) decidiera no seguir adelante con la fusión, Escámez y Conde optaron por negociar con el Banco de España el mejor método para anunciar oficialmente la paralización del proceso de fusión emprendido por los dos bancos.

Mariano Rubio ya había manifestado el pasado 21 de febrero, en su comparecencia ante el Congreso, serias reticencias sobre el proyecto -"no hay cosa peor que una fusión mal planteada"- y lanzó el mensaje de que la autoridad monetaria no tomaría la iniciativa de una ruptura antes de que las partes implicadas explicitasen sus verdaderas intenciones. "No estamos interviniendo a favor de la fusión y no fusión", señaló entonces el gobernador del Banco de España, "lo que estamos diciendo es que la fusión debe hacerse correctamente, y si no se hace así ello implicaría peligros grandes. Ese es un tema en que no podemos correr ningún peligro, ni el menor, porque sería la institución más grande del país".

El dilema de los bancos

La lectura efectuada por los mercados financieros internacionales sobre este proceso de enfriamiento ha sido de falta de seriedad, e incluso, ayer mismo, medios oficiales españoles criticaron el haber creado una expectativa nacional sobre la ruptura de la operación, considerándola como un hecho consumado, sin que las entidades implicadas hubieran realizado una notificación oficial sobre ella.

Para los bancos, sin embargo, la cuestión formal de cómo deshacer esa fusión era considerada de capital importancia. "Nadie quería asumir este fracaso", manifestó ayer un banquero vinculado al grupo del Banco Central. "Se trataba", dijeron fuentes próximas a Banesto, "de convertir una situación de hecho en una situación de derecho con el mínimo coste".

Y es que tanto Banesto como Central habían incluido en sus respectivos balances los beneficios fiscales que debía producir la fusión. Ahora, sin embargo, las dos entidades deberán elaborar una; nuevas cuentas sin estos beneficios, lo que podría plantear dificultades de mayor alcance. Como alternativa, los bancos tratajan ahora en la posibiliad de aplazar en uno o dos años los saneamientos y provisiones que se habían previsto, modificando, por tanto, la cuenta de resultados prevista para el ejercicio 1988.

Aunque los saneamientos efectuados en cada entidad son de naturaleza distinta, los directivos de ambos bancos confían en que las modificaciones que precisen las cuentas de resultados no afecten a la política de dividendos y se limiten a variar el plazo de cumplimiento de los saneamientos exigidos por las autoridades.

En medio de toda esta avalancha de acontecimientos, los accionistas de ambos bancos están aparentemente tranquilos, no habiéndose detectado ninguna operación importante fuera de las bolsas. Los expertos del mercado, por su parte, consideran insostenible el mantenimiento de la suspensión de cotización de los títulos de los dos bancos, por lo que la reanudación podría ser inmediata.

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