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La guerrilla salvadoreña discute con los partidos su participación electoral

Antonio Caño

Representantes de la guerrilla y de los nueve partidos políticos salvadoreños iniciaron ayer en la ciudad mexicana de Oaxtepex una reunión en busca de un acuerdo que permita a los alzados en armas incorporarse al proceso electoral. Ambas partes intentan encontrar una fórmula que haga compatible la actual Constitución salvadoreña con la oferta guerrillera de abandonar las armas si se retrasan las elecciones.

Este encuentro está considerado como la iniciativa más importante en favor en la paz realizada en ocho años de guerra civil en El Salvador.Tanto los partidos políticos, respaldados formalmente por el Gobierno, como el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) han anunciado que llegan a México sin condiciones previas, dispuestos a conseguir acuerdos concretos.

Entre los representantes partidistas se esperaba la presencia de cinco candidatos presidenciales, como el dirigente de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), Alfredo Cristiani, y el líder de Convergencia. Democrática, Guillermo Ungo, que sería el beneficiario de los votos de la guerrilla en el caso de conseguirse un acuerdo. Sin embargo, se había anunciado la ausencia del candidato del gobernante Partido Demócrata Cristiano, Fidel Chávez, quien delegaría en otros dos miembros del partido.

El FMLN había comunicado que su representación estaría a cargo de los comandantes Shafick Handal y Roberto Roca, dos de los seis miembros de la dirección del Frente, así como del Salvador Samayoa y Ana Guadalupe Martínez, integrantes de la comisión político-diplomática de la insurgencia.

Un olía antes de salir de San Salvador, los nueve partidos mantuvieron una reunión con representantes de los tres poderes del Estado de El Salvador con el objeto de darle mayor respaldo y legitimidad a su gestión.

El presidente, el democristiano Napoleón Duarte, les explicó "las limitaciones constitucionales" que deben tener en cuenta a la hora de aceptar compromisos con la guerrilla y les advirtió que no deben firmar nada que suponga una violación de la máxima ley salvadoreña.

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Con esa condición va a ser muy dificil que pueda ser tenida en cuenta la propuesta del FMLN de retrasar seis meses las elecciones presidenciales, previstas para el 19 de marzo, con objeto de dar tiempo a los alzados en armas a organizar su actividad política legal. La Constitución prevé el relevo presidencial para el próximo 1 de junio, por lo que para retrasar las elecciones habría que prolongar el mandato de Duarte o nombrar un Gobierno provisional.

La amenaza del sable

Por lo que respecta a la primera alternativa, el Ejército ha amenazado claramente con interrumpir el proceso democrático si Duarte se queda en su puesto un minuto más de la fecha marcada por la ley.

En relación con la segunda alternativa, las fuerzas armadas no han sido tan rotundas, pero cuando se le preguntó recientemente al ministro de Defensa, Eugenio Vides Casanova, su opinión al respecto, dijo: "No sé, pero quizá, si hacemos un Gobierno provisional para tres meses, sea mejor un Gobierno provisional para cinco años".

Las fuerzas armadas, dirigidas por un grupo duro que confía en la victoria militar sobre los rebeldes, no quiere concesiones políticas a la guerrilla en estos momentos.

Con el fin de convencer al Ejército y presionar a sus interlocutores, el FMLN lanzó en los últimos días una fuerte ofensiva militar en varias zonas del país que, según fuentes guerrilleras, causó más de 200 bajas al Ejército.

Pese a la urgente necesidad de un acuerdo -al que debe contribuir también el éxito reciente de la cumbre centroamericana en El Salvador-, las posibilidades de que éste se consiga en México son escasas. Todos los partidos, incluido Convergencia Democrática, se preparan para las elecciones de marzo.

Los partidos saben que un retraso de los comicios equivaldría a poner el pecho frente al sable militar e intentarán, en todo caso, que el FMLN no quede totalmente al margen del proceso electoral. Si no se pueden postergar las elecciones, busquemos otras alternativas para cumplir los deseos de la guerrilla. Éste será el mensaje de los partidos políticos a los comandantes rebeldes.

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