La propuesta de la guerrilla salvadoreña ganó puntos con la visita de Dan Quayle
La llegada del vicepresidente de Estados Unidos, Dan Quayle, a El Salvador obligó a los principales partidos políticos de ese país centroamericano a modificar sus anteriores puntos de vista sobre la reciente propuesta del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Tanto el Partido Demócrata Cristiano como la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) se manifestaron ayer a favor de la propuesta guerrillera de retrasar las elecciones, y anunciaron un futuro encuentro con los comandantes rebeldes.
Menos de una semana después de que Arena y la democracia cristiana tuvieran palabras descalificadoras para la oferta guerrillera y advirtieran que retrasar las elecciones supondría violar la Constitución, dan marcha atrás y dicen que la propuesta es una gran idea y que se puede cambiar la fecha de los comicios sin transgredir ninguna normativa.Para ello ha tenido que dejarse sentir una evidente presión por parte de Estados Unidos, que gasta cada año más de 600 millones de dólares en ayuda a El Salvador. La primera señal del criterio norteamericano fue, a mitad de esta semana, una declaración del portavoz del Departamento de Estado en la que destacaba los elementos positivos de la propuesta del FMLN.
La guerrilla agradeció ese gesto y decretó que el personal civil norteamericano en El Salvador no sería considerado objetivo militar durante la visita de Quayle.
Pocas horas después de la declaración de Estados Unidos, el presidente salvadoreño, Napoleón Duarte, se apresuró a aclarar que cuando dijo que la oferta guerrillera era "una propuesta de guerra" no quería decir que la rechazaba. Nadie sabe entonces lo que quiso decir.
La posición norteamericana quedó más clara cuando Dan Quayle llegó el pasado viernes a San Salvador, procedente de Venezuela. Quayle se reunió con Duarte y con los principales dirigentes políticos y militares del país y les transmitió la preocupación de su Gobierno por el rumbo que iban tomando las cosas en El Salvador: más guerrilla, más asesinatos, más fuerza de la extrema derecha y debilitamiento del sistema democrático.
Quayle puso un gran énfasis durante su permanencia en la capital salvadoreña en la necesidad de respetar los derechos humanos, fortalecer el proceso democrático y adoptar una actitud más dialogante con los rebeldes. "Nuestro compromiso y nuestro apoyo están condicionados a este proceso y a este sistema", dijo. La Administración de George Bush no quiere empezar su gestión en Centroamérica con un fracaso en El Salvador, y para evitarlo parece elegir el camino más fácil, el del diálogo y la negociación, el mismo que abrió la guerrilla con su propuesta del pasado lunes.
El plan de Chávez
Así las cosas, el candidato de la Democracia Cristiana, Fidel Chávez Mena, presentó el viernes un plan en el que se admite el retraso de las elecciones como fruto de un acuerdo entre todos los partidos políticos. El candidato de Arena, Alfredo Cristiani, también consideró que la postergación de los comicios cabe dentro de la Constitución.Mañana se reunirán representantes de todos los partidos para fijar una estrategia de diálogo con la guerrilla. Todo indica, pues, que no habrá elecciones el próximo 19 de marzo como estaba previsto.
Sólo queda un protagonista en actitud de preocupante silencio: el Ejército. Ha trascendido en El Salvador que a los militares no les gusta la idea de tener que escuchar la propuesta rebelde, pero ellos más que nadie -por razones que se cuentan en dólares- tendrán que ser sensibles finalmente a las palabras que Quayle llevó a El Salvador en su primer viaje a Centroamérica.
[Por otra parte, Oscar Loza, jefe de la seguridad estatal nicaragüense, dijo ayer que su Gobierno ha descubierto un plan de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA) para fabricar pruebas falsas de que Managua está suministrando armas a la guerrilla salvadoreña, informa la agencia Reuter.]
