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El Banco Mundial considera necesaria una 'reformulación' del plan Baker para combatir el problema de la deuda externa

La deuda externa de los once países latinoamericanos más endeudados ascenderá este año a 405.100 millones de dólares, según las estimaciones que hizo públicas ayer el Banco Mundial, cuyo vicepresidente, Stanley Fischer, señaló la necesidad de reformular del plan Baker para combatir este problema.

La deuda contabilizada este año supone un crecimiento del 6%, respecto a los 384.100 millones de dólares registrados en 19,87, año en el que la deuda aumentó un 7%. Los intereses pagados a lo largo del presente ejercicio como consecuencia de la deuda ascenderán a 176.200 millones de dólares. A finales de este año, la deuda global acumulada por los países del Tercer Mundo alcanzará, de acuerdo con el informe del Banco Mundial, la cifra de 1,320 billones de dólares.

Los 11 países a que se refiere el Banco Mundial son: Argentina (59.600 millones de dólares), Bolivia (5.700), Brasil (120.000), Chile (20.800), Colombia (17.200), Costa Rica (4.800), Ecuador (11.000), México (107.400), Perú (19.000), Uruguay (4.500) y Venezuela (35.000).

El vicepresidente del Banco Mundial, Stanley Fischer, declaró en rueda de prensa que existe una tendencia a la disminución del crecimiento de la deuda extema, si bien agregó que la solución del problema se encuentra a muy largo plazo como consecuencia de la falta de un fuerte y sostenido crecimiento y de nuevos recursos financieros.

Progresos intermitentes

El representante del Banco Mundial hizo votos por una "reformulación" de la actual estrategia diseñada para combatir este problema, así como también del plan Baker. En su opinión, los resultados de estas alternativas sólo han permitido hasta ahora un progreso "desigual y a menudo intermitente". Fischer aludió en concreto a la necesidad de reforzar la función de las instituciones multilaterales y modificar "con rapidez" los regímenes tributarios y regulatorios de los países industriales con el fin de facilitar la labor de los bancos comerciales. No obstante, el vicepresidente del Banco Mundial se mostró pesimista sobre la predisposición de las nacionales más industrializadas: "Hay un fuerte sentimien to de que los gobiernos del grupo de los siete no quieren ir más le jos en la actual estrategia de la deuda", afirmó.En relación a la evolución del presente ejercicio, Fischer explicó que ha tenido tres grandes características. La primera es que el enfoque del "menú de opciones" orientado al mercado ha evolucionado y ampliado. La segunda corresponde a la "intensificación" del enfoque caso por caso en la disminución de la cuantía total de la dueda a través de bonos o conversión en o inversiones y la tercera se refiere a una mejora en las relaciones entre países deudores con las naciones acreedoras.

Fischer afirmó que "lo importante es asegurar que los gobiernos que han realizado esfuerzos sean tratados apropiadamente por las naciones acreedoras". Según el Banco Mundial, durante la primera mitad del año, el volumen de deuda externa convertida en inversión ascendió a unos 8.800 millones de dólares, lo que supone un 88% más que durante todo el año anterior.

El representante del Banco Mundial tuvo palabras de elogio para las autoridades mexicanas por su política orientada al crecimiento y al ajuste interno, y aseguró que este esfuerzo se tendrá en cuenta en el supuesto de que el país renegocie su deuda. En el caso de Argentina, Fischer declaró que la situación económica es muy difícil, pero resaltó como buena la noticia de que la inflación del último mes se haya situado en el 5,7%, añadiendo que "hasta el momento, este país está cumpliendo las condiciones" que concretó este año con la citada institución para la concesión de créditos.

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