Nuevo plan de ajuste en Perú para luchar contra el aumento de la inflación
A los 75 días de haber iniciado un plan antiinflacionario de cuatro meses, el Gobierno peruano se ha visto obligado a aplicar un nuevo reajuste económico para frenar la espiral inflacionaria, que ya ha pasado del 1.000% anual, y cerrar las brechas fiscal y cambiaría, aún no resueltas.
En un día que algunos medios locales de Prensa llamaron martes negro (martes 22de noviembre) se anunciaron estas nuevas medidas económicas, que elevan precios y servicios en más del 100%, los salarios en un 40%, los combustibles en un 100% y han producido una devaluación de la moneda nacional -el inti- de un poco más del 50%.Según declaraciones del primer ministro y jefe del Gabinete ministerial peruano, Armando Villanueva del Campo, quien, advertido por la oposición parlamentaria, anunció que el Gabinete en pleno se presentará en los próximos días al Congreso Nacional para explicar el derrotero económico y político del actual Gobierno, en el reajuste puesto en marcha desde la pasada semana participaron técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, y tabmién de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL). En medios extraoficiales se llegó a mencionar también la asesoría de un ex ministro boliviano del que no se dio a conocer en ningún momento su nombre.
Villanueva, que quiso calmar los ánimos señalando que en las próximas horas se darán medidas ole compensación social para paliar el embate del paquete entre una población de extrema pobreza calculada en esta capital en más de medio millón de personas, reiteró que Perú seguirá practicando la política de pago de los servicios de su deuda externa con el 10% de las exportaciones.
Restricciones
Mientras tanto, las restricciones de agua y luz prosiguen por varios días consecutivos, lo mismo que las colas para abastecerse de alimentos y combustible, mientras los comercios minoristas se mantienen semiabiertos.Los problemas eléctricos se deben a los atentados dinamiteros que destruyeron 10 torres de alta tensión en el valle del Mantaro, en tanto que los del agua potable han sido ocasionados por el olor fétido y el aspecto turbio del líquido, que han producido alarma, sin que hasta ahora se sepa de los resultados por contaminación. Se cree que la falta de lluvias para mantener el nivel de reservas o la carencia de filtros en buen estado han producido esta situación.
Las reacciones frente a este reajuste han sido de escepticismo y reclamo por un programa económico de largo o mediano plazo que aún no se ve. Las normas estipuladas ahora están programadas para seis meses, asegurando en algunos casos nivelaciones mensuales y graduales de acuerdo al índice inflacionario, al tiempo que se busca eliminar progresivamente los subsidios alimentarios, que son los que producen el mayor recargo en la brecha fiscal. Perú importa alimentos por un valor un poco superior a 80 millones de dólares anuales y gran parte de ellos tienen un monto apreciable de subsidio gubernamental.
La acentuación de la crisis económica, evidenciada por tres paquetes económicos dados en el curso de este año, en los cuales el de septiembre y el de ahora han sido los más fuertes, muestra hoy una cara preocupada, entre otros problemas, por la escasez, el desabastecimiento, la especulación, el acaparamiento y la caída del poder adquisitivo, que en cálculos sindicales se acerca hoy al 70%.
Así, entre la incertidumbre económica y una amplia ofensiva subversiva que en las últimas cuatro semanas habría ocasionado más de 100 muertos, el presidente de la República, Alan García Pérez, se aprestaría a hablar al país para no solamente hacer anuncios de cambios en el Gabinete ministerial, sino también explicar los rumbos de una Administración que aún estará en el Gobierno previsiblemente hasta julio de 1990.
