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EL BALONCESTO PROFESIONAL JUEGA EN ESPAÑA

Real Madrid y Celtics jugaran la final

Luis Gómez

LUIS GÓMEZ, La primera noche NBA en Madrid cumplió el pronóstico, que era de lo que se trataba, porque el público lo que quiere ver es un Real Madrid-Celtics. Y lo verá. Cumplió también la noche con el espectáculo. Hubo dos partidos: uno agónico, el que jugó el Madrid, y otro más de salón, el de los Celtics. Uno excitante y otro simplemente emotivo. "Cuando vi a los dos equipos en la cancha", dijo el técnico Rodgers, "me di cuenta de que ellos eran tan grandes como nosotros. No me lo esperaba". La gente quiere hacer comparaciones el domingo.

El Madrid pasó muchos apuros con el Scavolini durante los dos primeros cuartos -suena raro ¿verdad?-, pero resolvió al estilo profesional, es decir en el tercer cuarto, en un impresionante sprint capitaneado por el yugoslavo Petrovic que se entregó como en sus mejores momentos. En cinco minutos, el Madrid hizo un parcial de 18-2 realmente terrorífico, justo cuando el público empezaba a pensar que no podría ver la final que quería ver (El Madrid perdía por 10 tantos). Petrovic levantó al público de sus asientos, alzó los puños, brincó como brincaba cuando era tan odiado, se pasó el balón por entre las piernas como cuando la gente pensaba que eso eran acciones propias de un payaso, de un maleducado. Esa gente que antes pensaba eso se le entregó incondicionalmente, aplaudió emocionada, brincó también con él. Petrovic ya es madridista, parece que lo fue toda su vida. Todo su pasado es blanco.Junto a Petrovic -tiene ganas de jugar contra los Celtics, se ve a distancia-, destacó la garra de Antonio Martín y los deseos de Llorente, que soñaba también con la final. Rogers fue imprescindible durante los minutos decisivos y Fernando Martín se vio ausente de la fiesta a consecuencia de un fuerte golpe en el ojo izquierdo que le dejó fuera de servicio.

Un par de horas antes, el público llegó a vibrar también con el juego, aunque con distintas emociones. El equipo yugoslavo saltó a la cancha dispuesto a mostrar dignidad frente a los mitos. Los jóvenes yugoslavos salieron alelados, ensimismados ante el quinteto estelar que se les presentaba en cancha, los Bird-Johnson-Ainge-McHaleParish. Eran los Celtics, no cabía duda alguna. Los yugoslavos parecían vivir un sueño y no despertaron de él salvo durante casi 20 minutos, a partir de que el irreverente Paspalj decidiera aprovecharse del marcaje de Bird. Paspalj, con su respetable zurda, empezó a jugar solo delante de las narices de Bird, sin respeto alguno, hasta el punto de que la superestrella empezó a tener motivos para sentirse molesto. Tras Paspalj fueron despertando Divac, Vrankovic y luego Kukoc, y Yugoslavia mantuvo el tono del partido durante dos cuartos -27-26 el primero y 53-47, el segundo- Los Celtics jugaban muy mal, rematadamente mal, según el cronista del Boston Globe.

Sucedió que en minuto y medio el partido se acabó (59-47) irreversiblemente. Era también el tercer cuarto. El técnico Ivkovic, que no es un dechado de virtudes, descuidó toda la maquinaria pesada de su equipo (Divac y Vrankovic demasiado tiempo en el banquillo), mientras los Celtics habían tomado todas las posiciones: empezaban a correr, a decidir en menos tiempo y a ajustar mejor su defensa. Ya no hubo más partido, pero no estuvo mal mientras duró.

La NBA demostró también que es capaz de conseguir muchas cosas: que no se aprecie el antiestético velódromo, que haya cientos de teléfonos, que de pronto surja de un pasillo que nadie sabía que existía un completo local dotado de un inagotable buffet. La NBA lo preparó todo al detalle. Y ha conseguido la final que todos querían ver.

Celtics, 113 [Johnson (4), Ainge (6), Bird (27), McHale (19), Parish (21), Paxson (5), Shaw (2), Lohaus (4), Lewis (8), Acress (6), Rivas (0), Paddio (6), Grandison (2), Whatley (2)]; Yugoslavia, 85 [Obradovic (6), Cyjeticanin (17), Paspalj (16), Divac (7), Vrankovic (4), Kukoc (7), Zdovc (7), Radja (17), Cutura (1), Radulovic (0)]. Real Madrid, 108 [Petrovic (34), Biriukov (16), F. Martín (3), Cargol (10), A. Martín (14), Romay (5), Llorente (14), Rogers (12), Villalobos (0).]; Scavolini, 96 [Gracis (37), Magnifico (20), Drew (15), Zampolini (8), Costa (8), Minelli (9), Vecchiato (0)].

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