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Entrevista:

Adrián Campos: "Dejar la F-1 es una lección de humildad"

El piloto valenciano afirma que "necesitaba cariño y no presión" en el equipo Minardi

El piloto valenciano Adrián Campos decidió abandonar, el pasado lunes, el circo de la Fórmula 1. Decepcionado por no clasificarse en los tres últimos grandes premios, cansado de soportar presiones propias y externas, triste por no poder contribuir a la evolución de los monoplazas de Giancarlo Minardi, Campos decidió escribir su renuncia y lo hizo con una sinceridad inusitada. Se culpó de casi todo y agradeció a sus patrocinadores la confianza que han tenido en él. Fue una nota fría, calculada y sincera, aunque no decía toda la verdad.

Pregunta. Ahora que ya está fuera de la F-1, ¿qué impresión tiene de este gran circo?Respuesta. Sencilla: se trata de un negocio, de un gran negocio. Si tienes capacidad y medios para llegar arriba puedes ganar mucho dinero. Por lo visto a mi me ha faltado un poco de todo.

P. ¿Por qué ha abandonado de esta forma tan triste?

R. El año y pico que he vivido en la F-1 ha sido muy duro para mí, sobre todo los últimos meses. No se los deseo ni a mi peor enemigo. Ha sido una presión insostenible. Sólo puedo decir una cosa: me he quedado descansado.

P. Ciertamente parece que ha sufrido mucho...

R. Durante los últimos tres meses he llegado a odiar esto. He soñado que me despertaba y ya no estaba en la F-1. He soñado que me convertía en un hombre como los demás.

P. ¿Cuál ha sido el desencadenante de todo esto?

R. Sin duda, no haberme clasificado en los tres últimos grandes premios. Cuando quedé fuera de la parrilla de salida del Gran Premio de Montecarlo se me vino el mundo encima. A partir de ese momento perdí la concentración, ya no fui el que era. Y así, en esas condiciones, no se puede correr en la F-1.

P. En los entrenamientos libres de la última carrera, en Montreal, usted fue mucho más rápido que su compañero de equipo, Luis Pérez Sala, ¿qué sucedió después?

R. Son cosas inexplicables. En efecto, en los libres rodé bien, en tiempos de parrilla, pero durante los oficiales me vine abajo. Me dan un coche capaz de obtener el tiempo y me exigen, me exijo, ese crono. Los minutos van pasando y no lo consigo. Y es entonces, cuando empiezan los problemas en mi cabeza y, sobre todo, en mi entorno.

"No culpo a Minardi"

P. ¿Cree que el comportamiento de Giancarlo Minardi, propietario del equipo, no ha sido el más adecuado?R. Minardi tiene un equipo, tres coches, dos pilotos y un presupuesto. Lo que quiere es que sus coches salgan en cada carrera y que sus pilotos obtengan la mejor clasificación posible. El año pasado se rompían y este año sufren pequeños problemas. Lo normal es que exija que estemos ahí, en la lucha. Yo eso lo admito. Sé que es así. Lo que sucede es que tal vez, en determinados momentos, por ejemplo al final de la pasada temporada y durante los últimos grandes premios, no ha estado a la altura de las circunstancias.

P. ¿En ese sentido, se ha sentido poco respaldado?

R. No tengo queja alguna de los componentes del equipo. Se han portado siempre bien conmigo. Lo que sucede es que Minardi me comentó que en las tres últimas carreras del pasado año me jugaba mi futuro y eso me desconcertó. Una cosa está clara: hay pilotos que responden positivamente a las presiones, que actúan mejor cuando están acosados, presionados por su entorno. Yo no, yo necesito cariño, no presión. Y de eso se tenía que haber dado cuenta Minardi. Hubo un momento en que si me hubieran dado una palmadita en la espalda, diciéndome "tranquilo, ánimo, adelante" tal vez hubiera cambiado todo. Me presionaban, me metía en el coche y, con el amor propio que tengo, me endurecía, intentaba correr y lo rompía todo. Era un mal vivir.

P. ¿Está acusando a Minardi de su situación?

R. Ni mucho menos. Estoy diciendo, simplemente, que en determinados momentos hubiese necesitado una palmadita y no más presión. El único culpable de mi situación desesperada he sido yo. Por eso la decisión la he tomado yo, asesorado por mis patrocinadores y mi manager. Dejar la F-1 ha sido una lección de humildad conmigo mismo.

P. En estas circunstancias, ¿qué futuro le augura a Luis Pérez Sala?

R. Muy bueno, excelente. Luis llegó a la F-1 con muchas más carreras que yo, más preparado. Él ha hecho dos temporadas en F 3.000 y eso es una gran ventaja. Sé que llegará muy alto. Se lo merece, pero tiene que tener suerte.

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