La RFA e Italia inauguraron el torneo con reparto de puntos
El partido inaugural fue de tan escasa calidad como la ceremonia de apertura. Parece como si sobre el primer encuentro de las grandes competiciones internacionales de selecciones pesara una maldición. Lo cierto es que ni la República Federal de Alemania (RFA) ni Italia, que empataron a un gol, estuvieron a la altura de las circunstancias.Los dos equipos evidenciaron dos formas diferentes de concebir el fútbol. Por un lado, la tosquedad y fuerza bruta alemana, y por el otro, la técnica, el dominio del balón y la especulación de los italianos.
Al técnico alemán, Franz Beckenbauer le lloverán hoy las críticas, mientras la prensa italiana ensalzará las virtudes de su equipo nacional, que mantiene su fútbol tradicional y que ahora, además, aporta juventud y rapidez en sus acciones.
La RFA se mostró como un equipo descerebrado, sin nadie capaz de coordinar sus acciones. Matthaus, el hombre que debió ejercer las funciones de ordenador, fue anulado por Glanini y la selección alemana pareció un conjunto torpón, lleno de fuerza y vulnerable en defensa.
Ninguno de los equipos fue capaz de mover el marcador durante los primeros 45 minutos, en los que Italia dispuso de la mejor ocasión, cuando Vialli, solo ante Immel, tardó las milésimas de segundo precisas para que el guardameta alemán tapara el hueco. Con su táctica de marear la perdiz los italianos controlaron a la perfección ese período y levantaron los únicos aplausos de un público totalmente aburrido por el espectáculo.
En la reanudación, nada mejoró, pero sí hubo goles que es lo que deseaban los espectadores.
