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POLÍCIAS EN EL BANQUILLO

Bédmar fue destinado a Moncloa cinco días después de la denuncia por la 'desaparición' de Corella

El inspector José Antonio Bédmar Vallesca fue reclamado en comisión de servicios por Presidencia del Gobierno para su servicio de escoltas el 22 de mayo de 1984, cinco días después de que Soledad Montero, la esposa de Santiago Corella, denunciase en el juzgado de guardia la desaparición de su marido. Luis Miguel Rodríguez Pueyo, compinche en varios delitos del aristócrata Jaime Messía, acusó el martes a Bédmar ante el tribunal de la causa de haber dirigido, el 12 de noviembre de 1983, el interrogatorio en el que, según el testigo, murió el Nani.

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El Ministerio del Interior y la Sección cuarta de la Audiencia Provincial de Madrid, que juzga el caso, han decidido no realizar, por el momento, ninguna investigación en el pantano de Guadalén (Jaén), donde Rodríguez Pueyo aseguró que fue arrojado, el cadáver de Corella.Un portavoz del departamento declaró que Interior no hará ninguna inspección en el embalse mientras no reciba una orden judicial que así lo mande. Por su parte, José Antonio Nodal de la Torre, uno de los tres magistrados integrantes del tribunal, declaró ayer a este periódico que la Sala "no ha acordado ninguna investigación en el pantano", aunque no descartó que se ordene en un futuro.

En el pantano, según Rodríguez Pueyo, fue arrojado el cadáver de Santiago Corella por el aristócrata Jaime Messía Figueroa -relacionado con la mafia policial- y por un policía que el testigo no pudo concretar si era Bédmar o el también inspector Victoriano Gutiérrez Lobo, procesado en la causa.

El inspector Bédmar, de 35 años, destinado ahora en Melilla, fue requerido el 22 de mayo de 1984 por el servicio de seguridad de la Moncloa, cuyo responsable era entonces el comisario Manuel Céspedes -actual delegado del Gobierno en la ciudad norteafricana- para integrarse en el servicio de escoltas de Presidencia, donde se ocupó preferentemente de la protección de Carmen Romero, esposa del presidente del Gobierno, Felipe González.

Bédmar fue agregado a ese departamento en comisión de servicio, procedimiento administrativo por el que, sin otros requisitos, se asigna a un funcionario a un determinado puesto. Cinco días antes, Soledad Montero, la mujer del Nani, había denunciado en el juzgado de guardia la desaparición de su esposo tras ser interrogado, el 12 de noviembre de 1983, en las dependencias policiales de la Puerta del Sol.

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Presidencia del Gobierno habilitó oficialmente en 1985 una vacante para justificar la comisión de servicio de Bédmar, según fuentes jurídicas. Antes de este destino, el policía pertenecía a la Brigada Regional de Policía Judicial de Madrid, a la que estaban adscritos todos los procesados en el caso el Nani. En dicha brigada, el agente estaba destinado en el grupo tercero a las órdenes de Gutiérrez Lobo.

El inspector Bédmar, que intervino en la detención de Corella, prestó declaración como testigo en la vista el pasado 17 de mayo. Ese día afirmó que Corella estaba presente en su domicilio mientras los agentes escribían a máquina el acta de registro del piso.

"Por respeto a la justicia"

La acusación asegura en cambio que esa acta fue redactada en las propias dependencias policiales. El policía agregó ante la sala que, tras la conducción del Nani a la brigada, se desentendió del caso y se dedicó a realizar otras gestiones ajenas a Corella.José Antonio Bédmar, que acompañó a Manuel Céspedes a Melilla cuando este último fue nombrado representante del Ejecutivo en esa ciudad, no quiso mantener ayer, en principio, ningún contacto con los medios de comunicación.

El inspector, posteriormente declaró a este periódico: "Por respeto a la justicia española en general, y al tribunal que entiende la causa en particular, declino hacer cualquier manifestación a los medios de comunicación, así como ejercitar cualquier acción legal hasta que finalice el proceso", según informa desde Melilla el enviado especial de EL PAÍS Alfredo Valenzuela.

El letrado Fernando Carpena, defensor de tres de los procesados, que pidió el martes que se tomase en consideración el testimonio de Rodríguez Pueyo para su procesamiento por un presunto delito de atentado al honor de Bédmar, se reservó también la posibilidad de otras acciones jurídicas hasta el momento en que la sala resuelva sobre su petición.

El comisario Manuel Céspedes se encuentra en Madrid desde el pasado martes para, según la Delegación del Gobierno, para asistir a una reunión preparatoria de la operación tránsito, que canalizará la avalancha de emigrantes marroquíes y argelinos durante las próximas vacaciones de verano. Céspedes no pudo ser localizado ayer en Madrid.

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