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EUROCOPA 88

Butragueño reconoce que necesita más que nunca la suerte para acabar con las últimas críticas

Emilio Butragueño considera que necesita esta vez de la suerte "más que nunca", porque es consciente de atravesar una fase decisiva en su carrera. "Estoy en una situación especial; todo el equipo está recibiendo críticas, pero quizá yo, de manera particular, muy duras. En su momento hubo un exceso de halagos y se crearon expectativas irreales sobre mi juego, y lo de ahora sólo puedo solucionarlo en el campo". Su mal momento aumenta las expectativas sobre su rendimiento y el de la selección española en la Eurocopa que se inicia mañana.

"Yo sólo aceptaría ser suplente de Butragueño". La frase corresponde a un futbolista italiano, el delantero del Inter Sandro Altobelli. La dijo tras una serie de pruebas en las que el seleccionador, Azeglio Vicini, le excluyó del equipo. Pero mientras eso ocurre fuera, en el entorno del equipo español la irregularidad de Butragueño suscita controversias, que, últimamente, han estado acompañadas hasta de gestos bien visibles en el campo por parte de algunos compañeros."Sí, es cierto que he hablado con Michel", comenta Butragueño. "Me habían dicho que Míchel estaba enfadado conmigo porque yo jugaba demasiado mal, pero me lo ha aclarado y no hay nada anormal, Lo que ocurre es que si nos siguiese una cámara a cada jugador durante los 90 minutos, mucha gente se escandalizaría. Los futbolistas nos chillamos mucho en el campo porque es una forma de desahogar la tensión por un fallo o un pase mal dado".

Elogios

Aclarado esto, queda por definir cómo jugará Butragueño en esta Eurocopa. Las opiniones públicas de sus compañeros son, por lo general, de corte italiano. Así, Martín Vázquez, compañero de quinta, parece tenerlo muy claro: "¿Emilio? Se va a destapar. Los acontecimientos importantes se le dan bien, y deja a todo el mundo con la boca abierta". Y Tomás, el lateral del Atlético de Madrid que se ha enfrentado a él varias veces, opina: "Es un jugador muy hábil, tiene gotas geniales y puede estar más o menos bien en un partido, pero en cualquier momento, él lo resuelve todo en una jugada".¿Y qué opina su pareja de baile? José Mari Bakero, el delantero de la Real Sociedad, tiene este criterio: "Butragueño es un jugador genial. ¿Que no está fino? Esperemos que a partir de ahora lo esté. Butragueño juega distinto, puede hacer cualquier cosa y es imprevisible y difícil de parar cerca del área. Dentro de ella realiza acciones que también parecen fáciles, pero que resultan muy complicadas de poner en práctica. El Buitre hace mucho daño a cualquier defensa que le marque".

Bakero parece entenderse, pues, con el madridista de gotas geniales. Y lo curioso es que ambos son completamente distintos en su forma de concebir el fútbol. Si Butragueño asume a la perfección el papel de prestidigitador capaz de sacar jugadas inverosímiles de sus botas, el donostiarra se considera "un trabajador del fútbol que cree en el juego al primer toque, de presión y movimientos constantes".

Butragueño aguanta el balón, lo esconde, lo mima y salta disparado; eso sí, cuando está bajo los efectos de la inspiración. José Mari suele recibirlo de espaldas, lo protege con su cuerpo y lo devuelve al primer toque. Paradójicamente, ambos tienen un punto en común, sus piernas con unos gemelos muy fuertes, mucho más voluminosos aún los del donostiarra, pero que les permite a los dos realizar cambios bruscos de movimientos y en carrera a gran velocidad. "Cuanto más abajo tienes el punto de gravedad, más facilidad encuentras para realizar ese tipo de movimientos imprescindibles para desbordar a los defensas", explica Bakero, el nuevo delantero del Barcelona.

Mientras tanto, Butragueño escucha críticas a su alrededor en voz baja, oye lo que le comentan algunos compañeros, otea el horizonte y confía tanto en su facilidad con el balón como en la suerte. "Más que nunca necesito tener un poco de suerte, estoy en una situacíón especial, porque las críticas son muy duras, aunque yo las acepto, porque así es el fútbol y la vida misma", dice Butragueño. "Pero todo este follón, por llamarlo así, puedo acabarlo únicamente en el campo. Y la verdad es que casi siempre me han salido bien las cosas cuando más lo necesitaba", concluye el jugador madridista.

Butragueño considera que está pagando el exceso de elogios hacia su persona recibidos en el pasado: "En su momento hubo un exceso de halago, se crearon expectativas irreales sobre mi juego, aunque ahora, con 24 años, y más experiencia estoy en condiciones de mejorar todo lo que hago. Si al final las cosas no salen como yo espero, tampoco será cosa de que me entre una depresión. Ya tuvimos todos los madridistas una muy fuerte, la más terrible de los últimos años, cuando nos eliminó el PSV Eindhoven en las semifinales de la Copa de Europa".

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