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'Potrero', de Los Guateles, el toro más bravo de la feria

El toro Potrero, de la ganadería de Los Guateles, lidiado en cuarto lugar por Antoñete el pasado día 16 en la cuarta corrida de la feria de San Isidro, ha sido premiado por el Consejo General de Colegios Veterinarios por considerarlo el mejor de la feria en cuanto a conformación zootécnica y aptitud para la lidia. El toro galardonado, que resultó bravísimo y noble en todos los tercios, estaba marcado con el número 24, pesó 463 kilos y era negro salpicao, bragao, meano y gargantillo.

El jurado calificador del trofeo al mejor toro de la feria tomó su acuerdo por unanimidad y en su veredicto tuvo en cuenta -informa la organización colegial veterinaria- que, pesando sólo 463 kilos, "reunía unas condiciones de trapío inmejorables para su lidia en Las Ventas. Este toro", sigue diciendo la organización veterinaria, "se ajustaba plenamente al tipo zootécnico de la raza de lidia (bonito de lámina, bien armado, bajo de agujas, hondo y serio) dentro de las características de la línea Ybarra-Domecq, de donde procede la divisa de Los Guateles. En cuanto a su comportamiento, Potrero demostró bravura durante su pelea en varas y llegó a la muleta embistiendo con calidad, largura y fijeza hasta morir en los medios".Este premio, el de mayor relevancia, en su género, dada la categoría institucional de quien lo concede, es de gran importancia para la fiesta en Madrid, no sólo por la justicia de su veredicto -Potrero fue, en efecto "el toro" de la feria- sino también porque desmiente las acusaciones de intransigencia y arbitrariedad que desde hace años vierten los taurinos contra la afición de Las Ventas. Ese toro, que sólo rebasaba tres kilos el peso reglamentario, fue ovacionado por los aficionados madrileños, lo cual significa que cuando protestan determinados toros que rebasan los 500 kilos no es porque aún los exijan de mayor peso sino porque esos ejemplares carecen del trapío exigible y que el de Los Guateles tenía por todos los conceptos.

Hubo otros toros de calidad en la feria, aunque ninguno llegó a la bravura de Potrero, que recargó crecido al castigo, con absoluta fijeza, durante varios minutos y se precisó de coleo para que soltara su presa; fue pronto y alegre en banderillas; embestía a la muleta al primer cite, totalmente humillado y codicioso; murió en los medios, pidiendo pelea.

Entre varios toros buenos que hubo en la feria destacaron los de Aguirre Fernández Cobaleda y uno de Murteira, al que se dio una injustificada vuelta al ruedo (no fue bravo; se acapachó en varas), premio que no tuvo Potrero quizá porque a Antoñete le faltó ese día inspiración para lucir su encastada nobleza.

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