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Kiel Martin

De policía callejero en Nueva York a escritor errante en San Sebastián

Aquí, en San Sebastián, donde se ha rodado gran parte de la película, Kiel Martin, uno de los principales actores de Canción triste de Hill Street, ha vibrado con el sonsonete cantarín de las apuestas en el frontón Galarreta, ha hablado con la gente, visitado el casino municipal y ha hecho footing por la playa de La Concha con un entusiasmo juvenil que, por lo visto, se corresponde efectivamente con su forma física.Encarna el papel de un escritor que abandona su hogar a la búsqueda de una historia que narrar, de una aventura que vivir. De policía callejero en los suburbios neoyorquinos a escritor errante en Lluvia de otoño, Martin dice que aceptó este trabajo porque está cansado de los papeles violentos que le ofrecen en su país y le apetecía enfrentarse a un guión intimista, sentimental."¿Pregunta usted por el éxito de las películas policiacas? Está claro: la violencia es algo que llevamos dentro todas las personas, la gente vive una vida monótona, quiere excitarse a través de una violencia de segunda mano, que actúa además como elemento que exorciza sus miedos".Guapo, campechano, simpático y hasta jovial, Kiel Martin, que nació en Pensilvania, tiene, desde luego, esa cualidad tan americana de ir directo al asunto. "¿Dice usted que esta entrevista va en la última página y con fotografía? Sí, sí, me interesa. Ponga, por favor, que respondo a las preguntas en español y que yo utilizo su magnífico periódico para perfeccionar mi nivel de lectura".No es que su castellano sea ahora mismo perfecto, pero a este hombre con destellos de comediante, que conserva el semblante luminoso de un muchacho, se le ve muy capaz de abandonar España con un castellano aceptable. "Me ilusiona mucho aprender el español, porque es la lengua de algunos de mis amigos y de mucha gente que trabaja allí, en California, donde tengo mi segunda casa".Decidió hacerse actor a los 17 años, un día que se encontraba en el escenario de su colegio en Miami, esperando a que llegaran sus compañeros para ensayar Peter Pan.

"Fue el momento más importante de mi vida", dice con aire trascendente; "aquel día escogí mi oficio y decidí buena parte de mi vida". Martin, que participa en una asociación de personajes famosos comprometida en la recogida de fondos para la atención a personas que sufren deficiencias, subraya inmediatamente: "Pero una película es sólo una película, y eso no soluciona la polio, ni sirve para atender a la gente necesitada".

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