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Derechos humanos y sindicales, centros de interés en la 75ª Asamblea de la OIT

La defensa de los derechos humanos y la degradación de los derechos sindicales en algunos países son los focos de mayor interés de la 75ª Asamblea General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que se celebra en Ginebra a lo largo de este mes y en la que hoy interviene el presidente del Gobierno español.

Esta es la primera vez que un presidente del Gobierno español es invitado ante la asamblea de la OIT después de que en 1979 interviniera el rey Juan Carlos. El próximo día 14 lo hará la presidenta de Filipinas.Francis Blanchard, director general de la OIT, manifestaba ayer ante un grupo de periodistas españoles que la visita del jefe del Ejecutivo "simboliza la salida del gueto en el que vivió España en la época de Franco". Las relaciones de este organismo con nuestro país se han fortalecido de manera importante en los últimos años, sobre todo a través de programas de cooperación técnica con América Latina. La aportación española a los presupuestos de la OIT se sitúa en el octavo lugar de los países miembros y este año asciende a 3,3 millones de dólares, que se suman al millón y medio destinado a planes de cooperación bilateral o multilaterales.

España, campeona

Francis Blanchard considera que España es "campeona" en el número de ratificaciones de los convenios de la OIT y su cumplimiento es bueno. En estos momentos sólo hay pendiente de resolver una queja presentada contra el Gobierno español por la federación de trabajadores de la industria metalúrgica en nombre de la Unión Sindical Obrera (USO) relativa al despido del comité de empresa de la factoría gallega de Alúmina-Aluminio.También hay una reclamación de CCOO por la ausencia de consultas con los interlocutores sociales a la hora de decidir el incremento del salario medio interprofesional.

El director general de la OIT entiende que la responsabilidad del organismo es muy grande cuando se trata de velar por la aplicación de normas y convenios en todos los países. La memoria elaborada por Blanchard este año precisamente intenta demostrar que los derechos civiles y políticos son inseparables de los económicos y sociales.

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