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GENTE

Pablo Sorozábal,

el nonagenario compositor donostiarra e hijo predilecto de Madrid, se ha mostrado enemigo de los homenajes, a propósito del que estos días recibe en un teatro madrileño con motivo de la puesta en escena de la versión que él y José María Pemán realizaron de la zarzuela Pan y toros. El compositor pidió más ayuda para las artes y menos homenajes y declaró que la política de este tipo de ceremonias hace olvidar, por ejemplo, que sus seis mejores composiciones estén aún sin estrenar.

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