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Reportaje:

Los narcotraficantes Matta y Carlos Lehder estuvieron en España en 1984

Ramón Matta Ballesteros, el narcotraficante y multimillonario hondureño, ha pasado largas temporadas en España según información facilitada por el organismo para la lucha contra la droga de Estados Unidos (DEA). Matta Ballesteros, según esta fuente, se encontraba en Madrid en noviembre de 1984, junto a sus socios colombianos y máximos jefes del cártel de Medellin, Jorge Luis Ochoa, y del cártel de la cocaína de Cali, Gilberto Rodríguez Orejuela.

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El hondureño Ramón Matta Ballesteros, cuya estancia en Madrid no ha sido desvelada hasta ahora por la policía española, torturó y asesinó tres meses después, en México, a un agente de la DEA. También estuvo en España y Portugal en aquellas fechas, según reconocen ahora allegados suyos, el narcotraficante Carlos Lehder Rivas.De estos cuatro máximos jefes del tráfico mundial de cocaína, sólo dos, Ochoa y Rodríguez Orejuela, fueron detenidos entonces por la policía española y extraditados a los pocos meses a Colombia. La extradición de Ochoa se concedió por un delito menor, la importación de reses bravas sin las oportunas guías sanitarias, y la de Rodríguez Orejuela, por tráfico de drogas. Ambos quedaron en libertad al poco tiempo de llegar a Colombia.

Estados Unidos reclamó a España sin éxito su extradición previamente a la solicitud presentada por las autoridades colombianas, justificando su demanda en los graves y reiterados delitos de narcotráfico cometidos por Jorge Luis Ochoa y Rodríguez Orejuela en varias ciudades norteamericanas (Miami, Los Ángeles y Nueva York, entre otras).

Asesinato en México

Matta Ballesteros, uno de los hombres más buscados por el organismo norteamericano para la lucha contra el narcotráfico, fue detenido el pasado 5 de abril por militares hondureños. Estados Unidos le considera inductor de la muerte por tortura de Enrique Camarena, un agente de la DEA, en febrero de 1985 en México. Matta Ballesteros logró huir de ese país tras el asesinato, pese a que los norteamericanos habían advertido a la policía mexicana de su paradero. Se refugió en Colombia, donde poseía grandes extensiones de tierra y cuantiosas inversiones, y donde se sintió protegido por sus socios del cártel de la cocaína de Medellín.Su impunidad le duró hasta mayo de 1985, fecha en que fue detenido y encarcelado por poco tiempo. Hombre experimentado en los sobornos, no tardó mucho en escapar de la cárcel de Bogotá. Viajó a su país, Honduras, que no tiene firmado ningún tratado, de extradición con Estados Unidos, y se dedicó a vivir de su inmensa fortuna. Hasta hace un mes, cuando los militares, en probable connivencia con la DEA, interrumpieron su dorada existencia y le metieron a la fuerza en un avión con destino a Nueva York.

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Esta ilegal extradición provocó graves disturbios en Tegucigalpa, cuando numerosos manifestantes intentaron asaltar la embajada de Estados Unidos en la capital hondureña. Estos incidentes, en los que murieron cinco personas, obligaron al presidente hondureño, José Azcona, a declarar el estado de excepción y a suspender su previsto viaje oficial a España, que aún no se ha realizado.

Las peripecias de sus socios Ochoa y Rodríguez Orejuela en el narcotráfico son parecidas. Buscados internacionalmente por la policía tras el asesinato del ministro de Justicia de Colombia, Rodrigo Lara Bonilla, ocurrido en abril de 1984, se refugiaron en Madrid a partir de junio de ese año. Ochoa se hizo pasar por panameño, y Rodríguez Orejuela, por venezolano. Adquirieron costosos inmuebles y una flotilla de automóviles de lujo que registraron a nombre de sus esposas. Los dos narcotraficantes se conocían desde hace muchos años, pese a que afirmaran lo contrario ante las autoridades españolas.

El plan trazado por ambos para su trabajo en España consistía, según fuentes policiales, en la adquisición de una gran hacienda en Badajoz, en la zona fronteriza con Portugal, para instalar allí un gran centro para la distribución de cocaína en Europa. Portugal ya se utilizaba por estas organizaciones mafiosas en aquellas fechas como cabeza de puente para la introducción de la cocaína en el mercado español y europeo.

Planes desbaratados

Sus planes quedaron desbaratados por la policía española en noviembre de 1985, gracias a las informaciones facilitadas por la Interpol y la DEA. La presencia de Matta Ballesteros y de Lehder Rivas en España, también en aquellos días, pone en evidencia el proyecto de los grandes narcotraficantes de establecer en la península Ibérica sus bases para la distribución de la cocaína en el mercado europeo. Una buena alternativa al saturado mercado norteamericano.Carlos Lehder Rivas, el primer gran capo colombiano extraditado a Estados Unidos en febrero de 1987, está actualmente sometido a un largo proceso judicial en Jacksonville (Florida). Matta Ballesteros, tras su arresto -o secuestro, como lo califican sus abogados-, se encuentra encarcelado, a la espera de juicio, en EE UU. Rodríguez Orejuela, que almorzaba frecuentemente con el juez colombiano que le juzgó, se encuentra libre por falta de pruebas. Y Jorge Luis Ochoa, que no se siente perseguido, vive en Colombia, huido de la justicia, en una situación de semiclandestinidad.

Fuentes de la DEA norteamericana opinan que los narcotraficantes Jorge Luis Ochoa y Gilberto Ruiz Orejuela tuvieron tiempo suficiente (cinco meses largos) para montar sus organizaciones en la Península antes de ser detenidos y extradidos. Fuentes de los grupos de estupefacientes de la policía española y de la Guardia Civil también están convencidos de que estos dos mafiosos colombianos son responsables hoy de buena parte del tráfico de cocaína que se está produciendo en España y que se ha incrementado sustancialmente en los últimos tres años.

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