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Reagan aumenta la presión sobre Noriega al enviar 1.300 soldados a Panamá

Francisco G. Basterra

El presidente norteamericano Ronald Reagan, enviará esta semana 1.300 soldados norteamericanos más a Panamá, donde ya tiene 10.000, oficialmente para proteger el canal y la seguridad de los 50.000 estadounidenses que residen en dicho país. Su misión es "defensiva", y no la de emprender una acción directa y decisiva para sacar del poder a Noriega, que es pedida por el secretario de Estado, George Shultz. Se trata de una "señal política" a Noriega, una escalada de la presión, un estímulo a la oposición, y no el prólogo de una intervención militar directa.

El envío de nuevas tropas a Panamá, que irán acompañadas de 26 helicópteros, siete de ellos artillados, ha sido calificado por el Pentágono de "esfuerzo prudente y razonable para proteger el canal, las vidas, la propiedad y los intereses de EE UU en el área".El nuevo despliegue del garrote norteamericano, tras la exhibición de hace dos semanas en Honduras, pondrá en Panamá, a partir del martes, a una compañía de combate de marines, 500 policías militares, 350 pilotos de helicópteros y personal de apoyo, otros 150 soldados de la Fuerza Aérea, 6 perros y 12 entrenadores de los canes, que protegerán las bases estadounidenses.

El presidente, tras dos reuniones del Consejo de Seguridad Nacional, se ha inclinado por las tesis más moderadas de su secretario de Defensa, Frank Carlucci, quien teme que una intervención directa provocaría una peligrosa reacción de Noriega contra los intereses norteamericanos en Panamá.

La cadena de televisión CBS informó ayer que el propósito del reforzamiento del dispositivo militar estadounidense es apoyar un golpe de las Fuerzas de Defensa panameñas contra su jefe. La idea de un golpe de mano tipo comando, con el secuestro de Noriega para juzgarle en Estados Unidos como narcotraficante, ha sido defendida por el secretario de Estado, que aprobaría también un golpe militar a través de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). George Shultz dijo ayer en Roma que Noriega debe dejar el poder, pero no aclaró si ha aconsejado que se secuestre al general.

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Los temores del general

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Shultz critica la "prudencia" del Pentágono enPanamá

Es evidente que Noriega ha dejado de moverse con la fácilidad con que hasta ahora. Des de hace unas semanas, sus apariciones públicas no son anunciadas con anterioridad, o se modifica la hora a la que se le espera en determinado punto. Los lugares en los que suele estar más tiempo, dos de sus oficinas en Panamá, están protegidos por tanquetas y personal seleccionado. La casa en la que habitualmente pasa los fines de semana, en Río Hato, a unos 150 kilómetros de la capital, junto a la que fuera casa de descanso de Omar Torrijos, está rodeada por una de las más importantes bases militares del país.El anuncio del envío de más tropas norteamericanas y el riesgo de una acción contra Nopega no ha roto, sin embargo, la tranquilidad de las vacaciones de Pascua en Panamá. Las bases norteamericanas han reducido su estado de alerta hasta la clave alpha, punto de mínima prevención. Hasta el viernes, se mantuvo la alerta bravo y, durante los días más críticos de la semana pasada estuvo vigente la alerta charlie. La máxima prevención es la alerta delta, que nunca ha estado en vigor hasta ahora.

La decisión norteamericana se produce en un momento en que Noriega daba muestras de empezar a remontar la crisis que durante un mes le ha tenido al borde de la renuncia. Los observadores ven difícil que esta nueva forma de presión militar debilite más al general. Sí puede, sin embargo, dificultar los intentos de la Iglesia católica, algunos sectores de oposición, líderes latinoamericanos y el presidente del Gobierno español, Felipe González, de forzar la dimisión de Noriega por medio de la presión política y de la negociación.

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