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Reportaje:

Kyprianu, contra las cuerdas

El presidente de Chipre lucha por imponerse al candidato comunista en la primera vuelta

Spyros Kyprianu está contra las cuerdas. En 1987, cuando fue elegido por primera vez presidente de Chipre, ni siquiera tuvo rival. No en vano se presentaba como heredero del mítico arzobispo Makarios, fallecido poco antes. En 1983, una alianza coyuntural con los comunistas le hizo triunfar en la primera vuelta, con más del 56% de los votos.

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Pero el próximo domingo en su tercer intento, estará solo, con el único apoyo de su partido, el centroderechista Diko, y frente a dos antagonistas de peso: Glafcos Clerides, de 68 años, líder del derechista Disy, y Georgio Vasiliu, de 57, un empresario millonario con la etiqueta de independiente, empañada por el apoyo abierto de los comunistas del Akel. Lo cerrado de la confrontación hace que se lancen algunos golpes bajos.Kyprianu, de 56 años, parece desconcertado. En un combate que se disputa a dos asaltos, sabe que casi todo depende de que no lo dejen fulminado en el primero.

Una semana después, los dos candidatos mejor situados en la votación del domingo cruzarán sus guantes en la batalla definitiva. El actual presidente tiene muy presente el ejemplo de la última elección para la jefatura del Estado en Portugal: Mario Soares se clasificó con muchos apuros para la segunda ronda, y en ésta superó con cierta comodidad al candidato de la derecha, Diego Freitas de Amaral. Por eso sueña con un escenario parecido: Clerides y él frente a frente, pero en su camino hay un obstáculo monumental: Vasiliu.

Las encuestas no escasean en Chipre, pero ninguna es fiable. Por añadidura, no coinciden; lo mejor es olvidarse de ellas, excepto en su único punto de convergencia: la batalla será cerrada. Los taxistas, los periodistas, los diplomáticos y algunos políticos convienen, sin embargo, en que Clerides tiene las mayores posibilidades de quedar en cabeza en la primera vuelta, pero ¿quién será su rival? Nadie se atreve a apostar una libra al respecto, aunque la mayoría de las opiniones apuntan a que será favorito.

Si la especulación no falla (que puede fallar), el interés de la votación del domingo está en el duelo Kyprianu-Vasiliu. En el debate televisado entre los principales candidatos (el cuarto en discordia es el socialista Vasos Lissarides, de 68 años, Vasiliu exhibió un misterioso papelito ante las narices del presidente, al que acusó de ser responsable de su próxima difusión clandestina. El candidato de Akel no lo leyó. Se limitó a precisar que era un panfleto injurioso contra su esposa y él mismo.

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Clerides, héroe de guerra

Cuando Kyprianu esbozaba una desconcertada protesta de inocencia, Clerides se unió al ataque y recordó que en 1983 próximos colaboradores del presidente dirigieron la campaña que lo presentaba como un antiguo espía nazi. En realidad, el dirigente del Disy fue un héroe de guerra condecorado, piloto en las fuerzas aéreas británicas, derribado en 1942 y prisionero de los alemanes.Con independencia de que estas acusaciones sean o no ciertas, lo indudable es que Kyprianu está nervioso ante la evidencia de que puede perder, y tal vez ve fantasmas donde no los hay. En el debate de marras insinuó que el embajador del Reino Unido, John Willberforce, está apoyando la candidatura de Vasiliu, e invocó vagos rumores de que el representante británico en Atenas ayudó a organizar una conferencia de prensa de quien ahora mismo es su máximo rival.

Kyprianu, con Lisárides, forma el bloque de la intransigencia en la Ramada cuestión chipriota, simbolizada por la partición de la isla desde la invasión turca de 1974. Clerides y Vasiliu se presentan en principio como interlocutores más calificados para dialogar con Rauf Denktash, presidente de la autoproclamada República Turca de Chipre del Norte (RTCN), reconocida sólo por Ankara. Y como una de las opiniones más generalizadas en el sur de la isla es que el dirigente turcochipriota quiere en el fondo que no se altere el status quo, no faltan quienes estiman que Kyprianu es el candidato de Denktash, o sea, la mejor garantía de que no habrá acuerdo para la reunificación de la isla.

Especialmente peligroso para el presidente de la RTCN sería Clerides, con quien le une una amistad personal y a quien quizá debe la vida. El líder del Disy era entonces presidente del Parlamento, y puso todo su empeño en evitar que Denktash fuese ejecutado en 1967, poco después de ser detenido a su vuelta clandestina de Turquía.

A Denktash le sería muy difícil dar con la puerta en las narices a Clerides. Las negras perspectivas para Kyprianu se aclararían en el caso de que llegase a la segunda vuelta. Contando con que su rival fuese Clerides, los votos socialistas caerían en su campo, y la presidencia se decidiría por los sufragios comunistas. Si la ideología contase, estos votos serían en su mayor parte para Kyprianu. Si dominara el peso de la cuestión chipriota, deberían ser para Clerides, aunque se trataría de un sapo demasiado grande para que lo tragaran los simpatizantes de Akel.

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