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Asier quiere volver a la 'ikastola'

Un niño herido en 1985 por fuegos artificiales ha sido operado tres veces y está semiparalizado

Aurora Intxausti

Las exclamaciones de sorpresa ante la belleza de los fuegos de artificio en el aire de la noche del 14 de agosto de 1985 se transformaron en gritos de dolor al hacer explosión una carcasa japonesa entre el público que ese día se encontraba en las inmediaciones de los jardines de Alderdi-Eder, de San Sebastián. Un niño resultó muerto y 90 personas heridas, entre ellas Asier Zabaleta, que en esas fechas contaba tres años de edad y para quien su vida, según dice su madre, ya no volverá a ser normal: medio lado de su cuerpo está paralizado

En estos dos últimos años han visitado muchos médicos, y esta misma semana Asier ha tenido que pasar por tercera vez por los quirófanos para que el cirujano plástico rellenase un orificio que tenía en el cráneo a consecuencia de las heridas. Su cabeza vendada permite que sus grandes ojos resalten de su rostro mientras con ilusión va recibiendo los regalos que sobre su cama del hospital donde se encuentra internado van dejando sus compañeros de juego, no así de colegio, ya que no puede asistir a clase. Asier dice que tiene ganas de ir a la ikastola, aunque no cree que pueda hacerlo durante este año.Su madre, María Jesús Escudero, quien también resultó afectada en el accidente, recuerda ese día de agosto con tristeza, y de cuando en cuando las lágrimas afloran a su rostro cuando recuerda los hechos. "Una amiga nuestra nos dijo que fuésemos a ver los fuegos artificiales, y estábamos allí todos tan felices cuando de repente ocurrió el accidente". "Asier se encontraba subido encima de los hombros de su padre y cuando nos dimos cuenta estaba en el suelo. Las imágenes de ese momento son sirenas y ambulancias y yo diciendo que cogiesen al niño, aunque veía que mi pierna sangraba y que mi cuerpo estaba quemado".

La vida de la familia Zabaleta, residente en Orio (Guipúzcoa), se ha transformado a partir de ese día por completo. El padre, Marcial Zabaleta, quien también resultó herido, perdió su empleo dado que pasó mucho tiempo curando las heridas sufridas. Durante estos dos años ha estado en el paro, "sin recibir ayuda de ningún lado", aunque ahora ha encontrado un trabajo para seis meses.

Sin indemnizaciones

Los afectados, hasta el momento actual, no han recibido indemnización alguna por parte de ninguna institución, y no ocultan su indignación por el retraso con que la justicia está abordando los casos. Según los informes técnicos, las pólizas que tenía suscritas el Centro de Atracción y Turismo (CAT, organizador de las fiestas de la semana grande, entidad que depende del Ayuntamiento) era de 10 millones de pesetas, y la de la casa de fuegos artificiales Arnal, que esa noche se encargaba de lanzarlos, era de 20 millones. Cantidades que, según las personas que resultaron heridas, "son insuficientes para cubrir los daños que sufrimos".El Ayuntamiento de San Sebastián no se responsabilizó del tema, ante lo cual los afectados interpusieron un recurso que fue denegado por la justicia.

A raíz de la operación de Asier Zabaleta, el asunto ha vuelto a ser replanteado entre los ediles donostiarras, y el grupo de concejales del PSE-PSOE ha pedido que en el presupuesto de 1988 se incluya una partida destinada a servir de adelanto de las indemnizaciones futuras que puedan percibir los afectados. Esta partida sería de 60 millones de pesetas, asunto éste que deberá ser abordado en sesión plenaria. Los afectados, 90 personas, tienen intención de reunirse la próxima semana para solicitar una reclamación global ante el Ayuntamiento.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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