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Cambiar de idea

La solución a la prueba de fuerza provocada por las expulsiones de iraníes, aunque no es gloriosa, permite que de momento el Gobierno salga de un mal paso. Los expedientes suministrados por el Ministerio del Interior para justificar su celo eran tan poco convincentes que el tribunal administrativo de París había autorizado, a principios de la semana, la vuelta a Francia de tres de los expulsados, y el tribunal de Versalles iba a hacer lo mismo con otros deportados.En efecto, lo menos que puede decirse es que la policía francesa no ha sido muy considerada a la hora de seleccionar a los expulsados, como si lo importante de todo el asunto fuera sobre todo complacer a Irán o cumplir un contrato.

15 de enero

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