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CITA EN WASHINGTON

El líder soviético dice a Thatcher que su objetivo en la 'cumbre' es avanzar hacia un mundo sin armas nucleares

El máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov, anunció ayer en el Reino Unido que su viaje a Washigton tiene por objetivo extender la perestroika (restructuración) a las relaciones internacionales. El líder del Kremlin pretende conseguir en su reunión con el presidente norteamericano, Ronald Reagan, "una mejor y más profunda cooperación y un incremento de la confianza mutua", de modo que pueda lograrse "un mundo mejor, un mundo sin armas nucleares". La primera ministra británica, Margaret Thatcher, anfitriona durante dos horas de Gorbachov, dijo que mantuvo con su huésped "unas excelentes conversaciones".

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Thatcher y Gorbachov pronunciaron unas palabras al final del encuentro que mantuvieron ayer en la base de Brize Norton. La primera ministra fue sobria y, tras calificar de excelente el contenido de la conversación mantenida con el número uno soviético, hizo hincapié en el carácter histórico del acuerdo que Ronald Reagan y Mijail Gorbachov van a suscribir hoy en Washington. "El tratado que Gorbachov va a firmar es un tratado histórico", dijo Thatcher, quien no pudo evitar una alusión retórica de esperanza. "Llega con la Navidad y con el Año Nuevo", agregó, "y será una fuente de seguridad y alegría extra para los pueblos del mundo y una promesa de que hay más avances en el futuro".El líder soviético tomó inmediatamente la palabra y, en una intervención algo más larga, recordó que el camino recorrido para lograr el tratado que elimina los misiles nucleares de alcance medio basados en tierra no ha sido fácil. "Pero lo hemos hecho juntos la Unión Soviética, Estados Unidos, el Reino Unido, nuestros aliados y sus socios", señaló. Después hizo una referencia ecuménica al indicar que se actuaba así en nombre "de todos los países del mundo, de la gente que quiere la paz, que está luchando por el desarme, por un mundo mejor, por un mundo sin armas nucleares".Gorbachov espera que las "conversaciones con la Administración de Estados Unidos, con el público norteamericano, ayuden en el camino de la reestructuración de las relaciones internacionales para una mejor y más profunda cooperación y un entendimiento mutuo. Ése es nuestro objetivo".En posterior conferencia de prensa, Thatcher lamentó la brevedad de su entrevista con Gorbachov, aunque dijo que en las dos horas escasas que duró había tenido tiempo de intercambiar con él puntos de vista sobre control armamentista, Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), conflictos regionales, derechos humanos y desarrollo de la perestroika en la UR SS. Thatcher invitó a su huésped a que realice una visita más pausada al Reino Unido -"espero que sea el próximo año"-, pero no dio una fecha.

La primera ministra dijo que manifestó a Gorbachov que "no hay lugar para nuevas reducciones del arsenal nuclear hasta que no se haya alcanzado un equilibrio en fuerzas convencionales en Europa"."Yo apruebo la SDI", dijo Thatcher, que pidió a Gorbachov que se pusiera de acuerdo con Reagan para mantenerse "durante varios años" en los límites del tratado sobre sistemas de defensa contra misiles balísticos (ABM), conel que puede entrar en conflicto el desarrollo de la guerra de las galaxias.La primera ministra conservadora manifestó haber reclamado de Gorbachov la retirada de Afganistán en el año entrante y "haber hablado en general sobre derechos humanos".

Mientras ambos estadistas mantenían "un debate bastante animado", en una pieza aledaña, los ministros de Exteriores de ambos países, sir Geoffrey Howe y Edvard Shevardnadze, discutían sobre los mismos aspectos, aunque en términos más concretos. El Foreign Office había anunciado que Howe iba a incidir en la cuestión de los derechos humanos y que iba a interesarse por la suerte de 25 disidentes.Gorbachov llegó a la base de Brize Norton con un mínimo retraso, producido por los fuertes vientos en contra a que tuvo que hacer frente el llyushin 62 en que viajaba. Al bajar la escalerilla del avión hizo con los brazos un gesto de alegría a la primera ministra, que le esperaba.

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