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La derrota del Gobierno sorprende a los polacos y aviva esperanzas de cambio

La derrota de las tesis del Gobierno en el referéndum sobre la reforma política y económica celebrado en Polonia el domingo ha producido un general asombro, patente ayer en Varsovia, tanto entre la clase política como entre los cientos de periodistas llegados de todo el mundo.

El hecho sin precedentes de que un régimen comunista pierda un referendum organizado y controlado exclusivamente por él supone, en este caso, un revés para los reformistas polacos, pero también un cambio cualitativo del papel que otorga el régimen a la consulta popular. El aumento de credibilidad del presidente Wojciech Jaruzelski y su equipo podría compensar el duro revés al plan de reformas económicas radicales y los riesgos que plantean ahora al Gobierno las inevitables subidas de precios.En medios políticos y diplomáticos se concede mucha más importancia al precedente histórico que al eventual frenazo a unas reformas cuyo ritmo de aplicación podrá cambiar, no así su contenido. Lejos quedan las cifras fastuosas de participación y apoyo del 99,99% a la tesis oficial que durante tantos años caracterizaron las consultas en los regímenes socialistas. Las irregularidades habidas en esta consulta se atribuyen a la falta de hábito y al celo de funcionarios locales en exceso diligentes.

Las reformas son inevitables por imprescindibles. La economía polaca no tiene salida posible de la crisis de no realizarse una profunda reestructuración y liberalización global. En medios occidentales en Varsovia se subraya que el viceprimer ministro Zdzislaw Sadowski, cerebro del programa de reformas es el dirigente mas competente que ha tenido Polonia en muchos años. Pero el resultado del domingo es una advertencia al Gobierno de que tendrá que calibrar con gran minuciosidad su coste social para evitar conflictos cuyas consecuencias en Polonia siempre son imprevisibles.

La prensa polaca se limitó ayer a informar del recuento con lapidarios títulares en sus portadas: "Resultados del referendum". Tan solo el diario Rzeczpospolita, considerado el órgano del Gobierno, publicó un comentario de Ryszard Wojna, titulado "El rubicón de la democracia" en el que destaca el carácter histórico de la derrota de un "regimen socialista en un referendum". Según Wojna, "no puede darse una garantía mayor y más honesta de las intenciones y del programa de la renovación del socialismo". Y destaca "la nueva lógica que obedece al replanteamiento autocrítico de los valores comprendidos bajo el término socialismo".

Sin embargo, Wojna, uno de los dirigentes del partido que más han descatacado en los últimos meses en la defensa de profundos cambios políticos hacia la democratización real del sistema, advierte que el partido y el estado tendrán que extraer conclusiones de este resultado "si bien la necesidad de la reforma fundamental es incuestionable".

El portavoz gubernamental, Jerzy Urban, intentó ayer convertir los sorprendentes resultados en un "éxito" que ha causado "satisfacción" a los artífices del programa de reformas y destacó sólo los aspectos favorables de la alta participación del 67% y del apoyo de 11 millones de polacos a un programa impopular de austeridad.

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