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El Gobierno de Nicaragua y la 'contra' comienzan a negociar hoy en Santo Domingo

Antonio Caño

Un momento histórico, impensable hace sólo unas semanas, se puede vivir mañana en la capital de la República Dominicana cuando delegaciones del Gobierno nicaragüense y de la contra, con intermediación del cardenal Miguel Obando y Bravo, inicien -si dificultades de última hora no lo impiden- negociaciones para poner fin a una guerra en la que Nicaragua ha perdido 40.000 vidas y EE UU una gran parte de su prestigio en política exterior.

El presidente de Costa Rica, Óscar Arias, que ha ejercido un papel clave en el camino hacia esta reunión con un delicadísimo trabajo de contacto telefónico con todas las partes, ha advertido que "en una sola reunión no se pueden esperar milagros, aunque la experiencia ha demostrado que, a veces, lo que parece un sueño puede convertirse en realidad".El Gobierno sandinista llegará a Santo Domingo con una delegación presidida por el mayor Ricardo Wheelock, a quien los cargos de jefe del servicio de espionaje del Ejército y antiguo embajador en la Unión Soviética presentan como un hombre de la máxima confianza del régimen. Aunque en la actualidad Wheelock está dedicado a cuestiones militares, participó durante dos años en las negociaciones del Grupo de Contadora.

La contra ha decidido también, según informó Alfonso Robelo, el nombramiento de una comisión presidida por Jaime Morales, a quien se conoce como antiguo propietario de la casa en la que actualmente vive el presidente Daniel Ortega. Los miembros del directorio de Resistencia Nicaragüense (RN) también estarán, sin embargo, en Santo Domingo.

El lugar del encuentro

La elección de la República Dominicana como escenario del diálogo, ya aceptada por el Gobierno de ese país, se ha decidido después de que el régimen sandinista descartase cualquier Estado de Centroamérica por considerar que eso violaría los acuerdos de Esquipulas 2 y de que la contra rechazase el territorio de Estados Unidos por la obviedad de que eso alimentaría la tesis sandinista de que la Resistencia Nicaragüense, financiada y armada por norteamericanos, es un puro instrumento de Washington. Por su parte, el cardenal, rechazó otras ofertas, como las de Panamá y Venezuela.

Las negociaciones entre Obando y la representación de RN se desarrollarán probablemente en el arzobispado de Santo Domingo o en la nunciatura de esa capital. La comisión del Gobierno permanecerá, mientras tanto, en la Embajada nicaragüense. El cardenal se trasladará de uno a otro lugar o llamará a una u otra delegación para consultas y sugerencias. Ninguna de las partes descarta, sin embargo, rotundamente la posibilidad de que, en algún momento, y en función de la marcha de las conversaciones se pueda mantener un encuentro cara a cara.

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Gobierno y rebeldes llegarán a Santo Domingo con propuestas diametralmente distintas. La contra hizo público ayer un plan de 15 puntos que incluye un alto el fuego de 41 días a entrar en vigor el 8 de diciembre hasta el 17 de enero. Alfonso Robelo, miembro del directorio de RN, explicó que se ha elegido el día 8 para coincidir con la festividad de la Purísima Concepción, en lugar del día 5, propuesto por los sandinistas y que, según él, corresponde con la onomástica de Anastasio Somoza.

El plan de la contra es una declaración de principios máximalista cuyo fin último es la salida del Gobierno del Frente Sandinista. Exige, entre otras concesiones menores, la abolición del Ejército Popular Sandinista y la integración de, las fuerzas de la contra en un nuevo Ejército nacional. Asimismo piden garantías para que las tropas de la Resistencia Nicaragüense puedan mantener sus posiciones in situ dentro de un territorio de 68.500 kilómetros cuadrados, más de la mitad del territorio de Nicaragua. En la propuesta presentada a principios de noviembre en Washington por el presidente Ortega se ofrecía a la contra permanecer sobre una franja de 4.000 kilómetros cuadrados. Ortega advirtió recientemente que las concesiones territoriales a los rebeldes eran un tema no negociable.

El plan antisandinista

El plan de RN exige, entre otras, las siguientes medidas:1. Amnistía general para todos los delitos políticos y comunes conexos. 2. Separación del Estado, el partido y el Ejército y plena democratización del país. 3. Entrega de títulos de propiedad de las tierras a los campesinos. 4. Derogación del estado de emergencia, disolución de los comités de defensa sandinistas y suspensión del servicio militar obligatorio.

Asimismo exigen que el alto el fuego sea mantenido bajo las condiciones de:

1. Garantías a la población civil para circular por cualquier parte del territorio. 2. Ninguna de las partes tomará ventajas en pertrechos, tropas o suministros durante ,el alto el fuego. 3. Garantía del pleno uso de comunicaciones y de contactos con la prensa. 4. Las violaciones del alto el fuego serán resueltas por el mediador, el cardenal Obando y una comisión de vigilancia. 5. Repatriación de todos los asesores extranjeros y nacionalizados a partir de julio de 1979. 6. Desarme gradual de ambas partes e integración a la vida civil.

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