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Tribuna
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Nada

Casi todos los magazines españoles se han dedicado las últimas semanas a especular sobre las intenciones políticas de la derecha española, coincidiendo en la apreciación de que los poderes socioeconómicos que tradicionalmente respaldan las opciones de derecha no confían demasiado en sus cuadras de caballos: los purasangres están cansados de tanto correr en los hipódromos del franquismo, y las crías tienen una sospechosa estatura que no se acerca a la homologada para ser rigurosamente caballo. Por otra parte, las políticas fundamentales del PSOE, así en la tierra como en el cielo, no han sido serios motivos de zozobra para esos poderes socioeconómicos y no tienen la menor urgencia histórica de buscar relevo.Las encuestas dicen que la aceptación social del PSOE se debilita y que es probable que en 1990 el partido en el Gobierno pierda la mayoría. absoluta. Pero para entonces el CDS podrá prestarle una muleta, a muy alto precio, eso sí, y podrá recomponerse una mayoría estable. Por tanto, los urdidores de derecha están más atentos a la evolución del CDS que a lo que la derecha derecha pueda dar de sí misma. A poco que la operación Fraga no salga demasiado bien en Galicia y que Pujol confirme su hegemonía en Cataluña, Minoría Catalana y CDS subirán enteros en la bolsa de valores políticos.

Y de eso se trata. La política se juega ya en una bolsa para especialistas, mientras se activa un divorcio social que viene de lejos, que se corrigió un tanto entre 1975 y 1983, pero que después ha vuelto a instalarse no en un dolce far niente, sino en un mediocre far niente, frente al que poco pueden hacer nuestros débiles movimientos sociales para reactivar la conciencia crítica. Ese mediocre far niente de una ciudadanía desarticulada beneficia en primera instancia la táctica de un Gobierno gestionador y la estrategia global de una derecha socioeconómica tranquilizada. Pero a la larga nos llevará a una conciencia social acrítica, a un punto sin retorno de sociedad pasteurizada, a una comunidad de votantes sin otra ilusión que sobrevivir.

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