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Rabuka anuncia que Fiyi es ya "una república de hecho"

El teniente coronel Sitiveni Rabuka anunció ayer que Fiyi se ha convertido en "una república de hecho", cuya jefatura ha asumido, y dijo que va a destituir al gobernador general y representante de la reina Isabel II, sir Penaia Ganilau. La soberana británica, que es jefe de Estado de Fiyi, considera que la destitución de Ganilau constituirá un ataque a la lealtad y fidelidad que se le debe. El Gobierno de Margaret Thatcher no reconoce la proclamación de Rabuka.

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Para el palacio de Buckingham, "quien pretende la destitución del gobernador general repudia de su fidelidad y la lealtad a la Reina", según un comunicado hecho público a primera hora de la tarde, tras intensas consultas de Isabel II con sus consejeros. Estas duras palabras se dieron a conocer después dé que el secretario de la soberana hubiera hablado por teléfono con Ganilau, quien aseguró que se mantenía en su puesto."Su Majestad continúa considerando al gobernador general como su representante y la única fuente de autoridad ejecutiva en Fiyi", proseguía la nota real, casi parafraseada por el secretario del Foreign. Office, sir Geoffrey Howe, para quien Ganilau sigue siendo el depositario de una legalidad constitucional que, por lo demás, rechaza el militar golpista.

Rabuka, que repitió el pasado viernes el golpe de Estado que diera en abril, anunció ayer que la Constitución de 1970, por la que se regía el país desde su independencia del Reino Unido, ha sido anulada como consecuencia de la negativa de Ganilau a colaborar con sus designios. "Tengo gente trabajando noche y día en una nueva Constituación", dijo el teniente coronel en conferencia de prensa. La nueva carta tiene como objetivo primordial garantizar el control político del país a la minoría étnica de Fiyi, superada numéricamente por la población de origen indio.

"He dado este paso por la necesidad que tiene el país de que se le dé una dirección", declaró Rabuka. "He mantenido funcionando la maquinaria en la única opción que me quedaba, y eso incluye la promulgación de leyes y normas por las que vamos a regir el país".

Las manifestaciones de Rabuka parecen inequívocas, pero la situación no es tan clara como pretende. Rabuka cree que Fiyi puede "convertirse quizás en una república", pero no se ha atrevido a destituir al gobernador, quien en su calidad de jefe en la comunidad melanesia cuenta con una autoridad de hecho que se suma a su potestad constitucional.

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El Gobierno británico, de momento, se guarda su respuesta, que va a suponer, como mínimo, la suspensión de la ayuda económica que presta al archipiélago del Pacífico, evaluada en cuatro millones de libras (unos 800 millones de pesetas) y canalizada en su mayor parte a través de la Comunidad Europea. Australia y Nueva Zelanda también han rechazado los planes de Rabuka y aplicarán sanciones económicas al nuevo régimen, muy dependiente de las exportaciones de azúcar y del turismo. "Nuestros vecinos no entienden la mentalidad de los fiyianos" comentó Rabuka ante esta perspectiva.

Si sus planes siguen adelante, resulta seguro apostar por la próxima expulsión de Fiyi de la Commonwealth.

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