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La CE financiará con más de 58.000 millones de pesetas el plan español de modernizacion agneola

La Comisión Europea acordó la semana pasada financiar con 58.443 millones de pesetas un ambicioso plan de modernización agrícola que pretende permitir al campo español "resistir las consecuencias de la aplicación global de la política agrícola común" (PAC). A las cantidades abonadas por el Ejecutivo comunitario se añadirán otros 77.800 millones de pesetas aportados por el Estado al Plan Quinquenal Español de Inversiones Agrícolas, que finalizará en 1991 y cuyo presupuesto global ascenderá a 136.245 millones.

La propuesta de la Comisión Europea será sometida a la aprobación del próximo Consejo de Ministros de Agricultura, que tendrá lugar a finales de octubre, y el ministro consejero de la representación de España ante la CE, Javier Elorza, "no prevé dificultades para que obtenga el visto bueno".En diciembre pasado, el Ministerio de Agricultura solicitó al órgano ejecutivo europeo una ayuda por valor de 68.183 millones de pesetas para llevar a cabo "una paulatina disminución de las limitaciones de estructura e infraestructura" del campo español, pero seis meses después el comisario europeo de Agricultura, el holandés Frans Andriessen, sólo estaba dispuesto a conceder 48.702 millones.

Sus homólogos de Grecia, Grigoris Varfis, y de España, Manuel Marín, bloquearon entonces su iniciativa, y tras un largo tira y afloja consiguieron finalmente 58.443 millones hasta 1991 -es posible que la financiación comunitaria se prosiga hasta 1993-, con los que el Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola (FEOGA) costeará un 40% de los proyectos de regadío y un 50% de todos los demás.

El plan abarca el 62% de la superficie española y tres tipos de regiones diferentes. Además de las zonas montañosas M País Vasco, las dos Castillas, Granada, Galicia, Asturias y Cantabria, se beneficirán también del maná comunitario las zonas rurales más pobres del país, con una renta per cápita inferior a la media agrícola y una densidad demográfica superior, concentradas en Extremadura y Castilla.

La tercera categoría incluida en el plan son las regiones amenazadas de desertización, erosión y salinización, situadas ante todo en Baleares, Aragón, Murcia y Huelva, las cuales suponen el "25% del territorio nacional ( ... ), gran parte del cual puede considerarse en fase de predesierto", según reza el documento elaborado por el Ministerio de Agricultura para pedir la ayuda comunitaria.

Acciones previstas

En el reparto por acciones previsto por el plan, la prioridad es otorgada a la creación de nuevos regadíos (33.566 millones de pesetas), seguido por la mejora de los bosques degradados (22.994 millones), la mejora del acceso a las explotaciones (16.962 millones), la intensificación de la red viaria entre núcleos rurales (15.439), el fomento de la concentración parcelaria (10.080), la mejora de regadíos existentes (9.633), la repoblación de laderas y riberas (5.91 l), la repoblación forestal (5.814), los tratamientos selvícolas (4.992), el drenaje (2.640 millones), la mejora de los caminos forestales (2.200), la mejora de la vivienda (1.850 millones), el desarrollo de producciones alternativas (1.440 millones) etcétera.

En su informe, los colaboradores del ministro Carlos Romero proporcionan otras cifras llamativas sobre el campo español. El valor añadido bruto (VAB) por explotación agrícola era, por ejemplo, a principios de la década, de 584.430 pesetas al año, una cantidad 153.065 pesetas por debajo de la de Grecia y casi nueve veces inferior a la de Holanda.

El VAB por persona ocupada en el sector agrario español era de 723.580, 27.830 pesetas menos que en el mismo sector griego y casi cuatro veces menos que en Holanda. El producto interior bruto per cápita en la agricultura es, sin embargo, más elevado en España que en Grecia, Irlanda y, por supuesto, Portugal.

La erosión provoca, por otra parte, una pérdida de suelo de 1,3 millones de toneladas al año, que afecta sobre todo a las tierras agrícolas, hasta tal punto que la superficie útil disminuye al ritmo anual del 0,5%, o de 1,4 millones de hectáreas en la última década. Sólo, según el ministerio, un 13,7% de los bosques españoles pueden considerarse bien poblados, y la acción del fuego, que se propaga con facilidad gracias a la maleza causada por la casi total carencia de tratamiento selvícola, arrasa desde 1983 un promedio de 200.000 hectáreas al año.

El aterramiento producido en los pantanos es "preocupante" porque algunos de ellos han perdido más del 50% de su capacidad inicial.

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