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HITO INTERALEMÁN

La policía de Berlín Oriental se cruza de brazos en una manifestación

Un millar de personas se concentró la noche del sábado en Berlín Este en una manifestación no autorizada en favor de la retirada de misiles en el Este y el Oeste y en apoyo de la política del máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov.La policía no intervino y se limitó a regular el tráfico, lo que se considera un hecho insólito. La actitud de la policía hacia la manifestación ¡legal sólo es explicable en relación con la visita a la República Federal de Alemania que hoy inicia el jefe del Estado de la República Democrática Alemana, Erich Honecker.

Las autoridades de Berlín Este no toleran habitualmente ninguna concentración no organizada oficialmente. Este año se han producido ya varias manifestaciones espontáneas de jóvenes alemanes orientales en contra del muro y a favor de la política de Gorbachov. Fueron disueltas por la policía y se produjeron detenciones.

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Los manifestantes, llegados en parte de otras localidades de la RDA, eran integrantes de grupos pacifistas independientes cercanos a la Iglesia evangélica.

Durante más de cuatro horas se manifestaron en el barrio de Prenzlauer Berg, conocido como el distrito más contestatario de la ciudad. Con velas encendidas y pancartas pidiendo mayores contactos humanos entre Este y Oeste y el lema "Gorbachov, nuestra esperanza", desfilaron en calma entonando canciones religiosas.

Grupos de teatro y mimo interpretaron breves parodias sobre episodios recientes en las relaciones entre las dos Alemanias.

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La popularidad de Gorbachov entre la juventud de la RDA es grande y causa de preocupación para el régimen. Los llamamientos a las autoridades de Berlín Este a aplicar en su política los principios de glasnost y perestroika son continuos por parte de la juventud más militante. Los temores que estos dos términos producen en la jerarquía del partido son tan patentes como la esperanza que los jóvenes depositan en el dirigente soviético.

La cúpula del régimen teme que, de permitir un debate público real entre la población, éste acabe cuestionando su legitimidad. "La URSS hizo su revolución y nadie pone en duda su legitimidad. Si aquí permiten que critiquemos y hablemos claro, pronto se enfrentarían los dirigentes con la pregunta de: a vosotros ¿quién os ha puesto donde estáis?", comentaba hace días un joven a este corresponsal en Berlín Este.

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