_
_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

De los actuales estructuras del fútbol a las sociedados anónimas

Cada día que pasa y se va conociendo el funcionamiento de los clubes de fútbol, tanto a nivel interno como en relación con los organismos oficiales, se llega a la conclusión de que no se sustenta en pilares falsos y en estructuras totalmente inaplicables a la realidad, caso de EL PAÍS; en lo deportivo, los clubes de fútbol se sustentan en bases erróneas, y todo ello es posible porque ni el socio está integrado en ellos, aunque lo aparenta, ni los directivos rigen sus destinos con la mínima profesionalidad exigida.Por mi parte, pretendía sanear las asociaciones deportivas dentro de la normativa que las rige, para después dar paso a las sociedades anónimas, pero, sabiendo que los ingresos ordinarios no cubren los presupuestos y, por tanto, de forma más o menos encubierta, porque ahora los controla el Comité de la Liga Nacional de Fútbol Profesional y forman el más absoluto de los secretos sumariales, lo cierto es que los déficit citados irán en aumento por muchos equilibrios y asientos contables que se hagan.

Cuando la última reunión de la Liga Nacional de Fútbol Profesional planteó al dicente que a través de la comisión que pudiera nombrarse se diera urgencia al estudio de la aplicación de las sociedades anónimas a los clubes de fútbol, se comprende fácilmente el rechazo que va a existir, porque los actuales dirigentes, al no arriesgar su patrimonio y sí obtener la parte positiva de su cargo como proyección propia y medraje, en modo alguno les puede interesar la transformación necesaria.

Algunos llegan a pretender, con el fin de imposibilitar el proyecto, que es el propio Gobierno el que tiene un anteproyecto difícil de llevar a la práctica, ya que tendría que ser por acciones cotizadas en Bolsa, sociedades sin ánimo de lucro -lo que es la antítesis de la sociedad anónima-, limitación en cuanto a la posesión de acciones y un sinfin de requisitos contrarios al libre mercado.

La situación actual, para mejor entenderlo, es muy concreta:

a) El Estado no va a exigir responsabilidades por los déficit acumulados hasta la fecha, según parece, pero, en cambio, pretende que no se creen nuevos.

b) La Liga Nacional de Fútbol Profesional no tiene más remedio que asumir estos postulados, pero sabe muy bien que con la estructura actual ese planteamiento es una auténtica utopía, porque el día que realmente exija fehacientemente y no mediante escritos complacientes o dilatorios el que esa. responsabilidad recaiga realmente sobre los directivos que rigen el fútbol, será entonces cuando el castillo de naipes se vendrá abajo.

c) A mayor abundamiento, cualquier proyecto que pretenda desarrollar un presidente, como es nuestro caso, que además arriesga su dinero como excepción, necesita un período de tiempo más o menos largo que, en función de la. situación que ha cogido el club de absoluta quiebra, requiere que sea tres o cuatro años, pero como, a pesar de todas las inversiones y esfuerzos realizados, el socio sólo entiende el resultado positivo o negativo de cada domingo, y en función de ellos así es su cumplimiento, resulta que cualquier proyecto fracasa por inestabilidad de la continuidad en la gestión.

Se da la circunstancia de que en nuestro caso afrontamos el club, en cuanto a su gestión, corno sociedad anónima., pero sin tener la parte positiva de la misma que garantiza la continuidad del proyecto.

Todo ello conduce a que si los déficit van a continuar, se quiera no, y las estructuras del fútbol, a través de la Liga Nacional de Fútbol Profesional, defienden intereses que no se sustentan, forzosamente tendremos que luchar por conseguir la implantación de las sociedades anónimas, recogiendo lo positivo y extrapolable a nuestro país de las sociedades italianas, alemanas, y especialmente inglesas, que son las que mejor se adaptan a nuestra legalidad vigente, sabiendo que la solución tiene que venir dada por las autoridades gubernamentales y nunca por aquellos que, por conveniencia y razones obvias, por mucho que digan, van a realizar el mínimo esfuerzo para conseguirlo.

es presidente del Atlético de Madrid.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_