_
_
_
_
_
Entrevista:

Stanley Jordan: "Soy un genio"

El guitarrista norteamericano ha desarrollado una nueva técnica

Hasta hace cuatro años, Stanley Jordan, californiano, nacido en Palo Alto hace 27 años, se ganaba la vida tocando por unas monedas en las calles de Nueva York. A pesar de considerarse a sí mismo como un músico espiritual, ha sido su técnica innovadora, llamada tapping, la que le ha llevado a la cúspide guitarrística. Sin embargo, el éxito no le ha pillado de sorpresa. "No sabía lo que tardaría en llegar o lo alto, pero estaba seguro de conseguirlo. Tengo un don especial que debo intentar transmitir a los demás. Sí, sé que soy un genio". Jordan actuó en Madrid, Barcelona y San Sebastián.

Tapping, la palabra mágica. Una técnica relativamente nueva y poco explorada que permite tocar la guitarra de forma similar a un piano. Las dos manos en el mástil pulsando líneas separadas e independientes que dan una complejidad tal al sonido que obliga a advertir: "No se deje engañar, no hay doblajes de ningún tipo. A pesar de lo que le digan sus oídos, solamente hay un guitarrista en este disco". Ese guitarrista es Stanley Jordan."Toqué la guitarra con técnicas convencionales durante ocho años, pero me sentía frustrado porque no podía obtener toda la música que yo imaginaba y que sentía que podía sacar a la guitarra, de modo que empecé a buscar otra forma distinta de tocar. Lo que quería era mayor cantidad de partes, independientes unas de otras", dice.

Esto sucedía a la edad de 15 años, cuando Jordan era ya un auténtico obseso del instrumento. "Recuerdo que en ese tiempo pasaba mucho tiempo solo, encerrado con mi guitarra. A mis padres les sorprendía, pero desde pequeño tuve esta habilidad para concentrarme y trabajar mucho en algo. Me obsesionaba hasta poder lograr lo que yo realmente esperaba".

Esta temprana y envidiable claridad de ideas le ha llevado a tocar sólo, a no dejar nada en manos de los demás. "Toco sólo porque me gusta improvisar. Me gusta controlar toda la música que está saliendo".

Resulta difícil imaginar a Jordan lejos de una guitarra; su pasión por ella roza el misticismo. Su sentido espiritual de la música aflora a borbotones. "Cuando me preparo para un concierto es importante sentir que no sólo voy a tocar unas cuantas notas. Para mí la música es algo muy espiritual; cuando la gente sale después de haber escuchado el concierto no quiero que se vaya con la idea de que han escuchado a un buen guitarrista. Quiero que se vayan con un sentimiento muy profundo, con mucha espiritualidad, y que ese sentimiento los acompañe y les dure incluso hasta el día siguiente, cuando se van a trabajar o continúen su vida diaria. Quiero que sientan la vida a través de mi música", continúa entusiasmado, "eso es lo que significa principalmente la música para mí. La técnica es sólo un medio para un fin. La música es algo muy importante, es un lenguaje distinto; para mí es como el lenguaje mismo de Dios; puedes decir cosas que las palabras no podrían decir. La única manera de hacerlo realmente bien es ir a ese profundo lugar dentro de ti mismo, ese lugar donde sabes que estás encontrando una comunicación más cercana con Dios".

Los proyectos musicales, como discos y festivales que incluyen propósitos políticos y sociales, sin embargo, le hacen mostrarse más cauto y dubitativo. "A mucha gente se la acusa de utilizar este tipo de proyectos para promoverse a sí mismos profesionalmente o de de crear una imagen sin sustancia alguna; aun así, creo que es importante que uno se mueva y que trate de hacer algo".

"Creo que el problema surge cuando te empiezas a meter en áreas que no conoces bien del todo; creo que en este sentido debes tener mucho cuidado y vincularte sólo a gente seria como Amnistía Internacional, que ha hecho un enorme trabajo de investigación. Yo he estado vinculado a alguno de estos proyectos: el disco de Sun City en contra de apartheid, y también he tocado en uno de los conciertos de apoyo a Amnistía Internacional, además de algunas cosas que hice en la Universidad". Jordan es graduado en arte por la universidad de Princeton. En seguida insiste en la profundidad del lenguaje musical.

"Algo muy especial que tiene la música es este poder de transmitir un mensaje a mucha gente y directamente a sus sentimientos, por ello es un excelente medio para este tipo de ayudas. En cualquier caso, si hay un tema del que no estoy seguro prefiero mantenerme alejado".

Amalgamador

Musicalmente se autodefine como un amalgamador de influencias: Hendrix, Beatles, jazz, blues, y sorprende citando a un clásico entre sus favoritos. "Tomo de todos ellos un poco y luego lo mezclo. Uno de mis compositores favoritos es Mozart, pero también escucho mucho blues, jazz y rock and roll. Cada músico tiene algo único que ofrecer a los demás, y si uno se cierra, naturalmente se limita".Los nuevos proyectos de Stanley Jordan incluyen el conectarse con músicas de otras partes del mundo, músicas de una gran riqueza y que están a punto de perderse. Sin embargo, su próximo disco, que grabará en cuanto finalice esta gira, estará compuesto en su integridad y por primera vez por temas de Stanley Jordan.

-¿Has pensado en volver a las calles?

-Bueno, sí, lo he pensado, pero no me he atrevido.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_