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GENTE

Jesús Gil y Gil,

presidente electo del Club Atlético de Madrid, ha batido récords de actividad en la semana que ha seguido a su espectacular victoria en los comicios para la dirección del club colchonero, tras la muerte de Vicente Calderón. Primero, ha renovado medio equipo con gente nueva, desde el defensa ex athlético Goikoetxea al centrocampista Eusebio, desde los delanteros Marcos y Futre al mismísimo entrenador argentino César Luis Menotti. Como contrapartida, ha echado al sempiterno entrenador Luis Aragonés, a su ayudante Martínez Jayo y a los jugadores Rubio y Da Silva. Para que no quede ahí la cosa, Gil y Gil tras anunciar la adquisición de las instalaciones deportivas que YMCA tiene al sur de Madrid, ha declarado su propósito de remodelar totalmente el estadio del club. Un estadio que, sin apenas contar con un cuarto de siglo, ha pasado de llamarse Manzanares a Vicente Calderón, y amenaza ser bautizado en breve, según algunos aficionados, como Estadio Dosvecesgú o Gilbis. Pretende en él robar espacio a las gradas y abrir hueco para pistas atléticas y... encalar sus muros, es decir, echar cal para blanquearlo, en el sentido literal. Tamaño esfuerzo en tan sólo una semana merece un descanso, y, para ello, nada mejor que retirarse a su finca de Arenas de San Pedro (Ávila), donde Gil y Gil se relaja los fines de semana dando azucarillos a los 200 caballos que pastan en su predio.

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